Opinión

Nube Viajera: Bajo la sombra del encino 

Ramas gigantes que serpentean, árboles que hacen sombra del sol y refrescan los veranos de alta temperatura, pero también sombra ante las adversidades o lo incierto, uno ocupa mucho eso
viernes, 1 de julio de 2022 · 01:30

Quercus agrufolia es el nombre botánico y se le conoce también como encino de California, de la costa o encino verde. Son árboles longevos, fuertes, y que, en las fábulas del Esopo, aprendieron que convenía ser más humildes, una de las virtudes que yo más celebro, en la vida sí, y muchísimo en la cocina también. Menos, es más, la belleza de lo simple, y siempre, la importancia de lo profundo. 

Manejé esa costa llena de recuerdos, rápido y escuchando a Hombres G para llegar al Valle de Guadalupe con luz del día. El primer día de la temporada de Animalón, un Negroni con hielo perfecto que, aunque tarde en la vida, me enseñó a tomar David, y comenzó a caer el sol. Tanto pensé, tanto probé. Tantos recuerdos. Happy place esa tierra. Gracias Javier por recibirme siempre, grande Óscar por tu energía, encino y cocina, gracias Lauren por una refrescada en una carta de vinos que celebra lo local pero, sobre todo, celebra al que le gusta el vino y eso se nota. 

Más encinos. Dos en tierras de gente que quiero, debajo de los cuales ha pasado mucho. Ramas gigantes que serpentean, árboles que hacen sombra del sol y refrescan los veranos de alta temperatura, pero también sombra ante las adversidades o lo incierto, uno ocupa mucho eso. 

Así como el manzano para los ahumados de cerdo o jamones navideños, la madera de encino es valiosa para parrillas en el campo. Otro encino más, el de Jaír, donde he probado betabeles de ensueño y tacos de cabeza en la borrachera; otro árbol bajo el cual he sido feliz. Como ese del parque frente a Casa Cavia. Otro recuerdo. 

Y cerrando ciclos, estuve hace unos días bajo un encino que no conocía en el Valle de Guadalupe de ramas muy largas y bajas, que han servido de guía geométrica para acomodar mesas comunales de un concepto “nose to tail”, -filosofía que el inglés Fergus Henderson puso en la mira del mundo, y que prioriza el aprovechamiento completo de los animales-. Y bajo ese encino conversé largo con gente que quiero mucho hablando de sueños de vida, de viñedos y de agronomía y cine, bebiendo muchas botellas de Casa de Piedra. Qué poderoso haber visto el screening de Surgencia, qué belleza Hugo y Benito, qué rico que lloré y lloré. 

Seguimos el camino de aquellos árboles cargados de historia y de sabiduría. Comienzo a pensar que hay algo de karma por ahí, pero no es nada seguro, quizá, solo quizá, pasa algo bajo la sombra del encino.

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