Opinión

Nube Viajera: Vino en cono

Y, ¿si hacemos un helado de Balero espumoso?, Sorbete, me corrigió, y se me notó lo poco docta en el tema dulce...
viernes, 4 de diciembre de 2020 · 01:20

No me gustan los postres. Es la verdad, no me gusta comer dulce. Me gustan los panqués, y Elenita Lugo un día me hizo el más rico del mundo, de esos inolvidables.  

Una sola vez en mi vida me comí un sándwich helado entre dos galletas llenas de mantequilla y me gustó, aunque no tanto.  

Me da pena en los restaurantes cuando me traen el prepostre, postre y postpostre (se pasan), y ni uno me hace ojitos. Y vivo con puras adictas al chocolate, imagínense, que es, por cierto, junto con los riñones, los dos únicos ingredientes que no me gustan nada. Nada de nada.  

El helado quizá se salva. Poquito, o de vainilla de verdad y bien hecho, o nieves. Me gusta la nieve de mandarina de Roxy cuando hay, me gusta la nieve de mamey en Pátzcuaro en la plaza. Un helado de Gelatoscopio de té me gustaba también, y muy, muy de vez en cuando, se me antoja una nieve de limón. 

Pero el día tenía que llegar.  

Debo educarme como comensal, como comelona, es decir, si me gusta el sauternes me debe de gustar algo parecido para comer, ¿cierto? 

Se me estaba olvidando, el helado de pixtle de Rosetta es sensacional y me gustan un par de cucharadas porque es fresco y por ahí como cada año me como también un volcán de dulce de leche de Tomás Bermúdez, el único y rey de postres de La Docena. Uno más, el tipsy cake de Heston Bluementhal. 

El día tenía que llegar. Me iluminé. Me desperté y le llamé a Julia, maravillosa repostera un día integrante del equipo de Quintonil, creadora de las galletas de jengibre de Beata (sólo ella entiende eso), y propietaria y mente detrás de Helados Cometa ahí en La Roma, (y orgullosamente, de apellido Ortiz Monasterio). ¿Hacemos un helado juntas de Balero espumoso? Sorbete, me corrigió, y- se me notó lo poco docta en el tema dulce-, comienzo ya y hacemos 80 litros para ofrecer en diciembre como invitado de los sorbetes de la carta de la heladería. 

Qué emoción. El sorbete está fuera de serie. Con él se brinda y se ilumina la cara.  

Feliz diciembre a todos, pasen, pasen por una o dos bolitas de vino espumoso en cono, o lleven, lleven a su casa por litro.  

Qué emoción. 

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