¿Qué son los fermentos, cuántos tipos existen y para qué sirven?

¿Alguna vez has oído hablar de los fermentos? Estos son elementos qué pueden cambiar las propiedades de un alimento y muchas veces son necesarios para producir algunos de los alimentos que consumimos comúnmente. Existen varios tipos de fermentos y nosotros te hablaremos de qué son, para qué se usan y cuáles son las variedades de estos microorganismos.

¿Qué son los fermentos?

Los fermentos son microorganismos cuya función es iniciar el proceso de fermentación en distintos alimentos, al hacerlo pueden transformarlo cambiando su textura, su sabor y hasta sus propiedades nutritivas; los podemos encontrar los en alimentos como el yogurt, el pan, la cerveza o el vino, todos estos elementos tuvieron que pasar por un proceso de fermentación para convertirse en los productos que conocemos.

Bacterias

Las bacterias son los elementos más comunes que podemos encontrar en los alimentos fermentados, pueden ir desde lactobacillus, pediococcus, streptococcus y oenococcus, estos que se van a encargar de fermentar alimentos como el yogur o el pan, también están las bacterias llamadas acetobacterias, que oxidan el alcohol para convertirlo en ácido acético y así crear vinagre.

Levaduras

Las levaduras también son conocidas como fermentos y pueden activar este proceso en alimentos para transformarlos, una de las más comunes es la s. cerevisiae, que podemos encontrar durante la producción de pan; no obstante, al igual que con las bacterias y el moho, dentro de las levaduras hay elementos que en vez de ocasionar un efecto positivo, pueden iniciar el deterioro de los alimentos, por lo que debemos de cuidar como se usan.

Mohos

Los mohos son microorganismos que suelen estar asociados al deterioro de los alimentos y al aspecto desagradable que tienen los mismos cuando el proceso de descomposición ya es avanzado, sin embargo, también hay algunos mohos muy útiles dentro de la producción de alimentos y que nos ayudan a crear nuevos productos, ejemplo de ello son los mohos que se desarrollan al someter quesos a procesos de maduración y curación, como el roquefort o el brie, dónde juegan un rol vital para transformar las características de estos alimentos.