Prepara un rico cheesecake saludable sin harina y mucho más fitness

Todos estamos cuidándonos porque el verano ya viene y la verdad es que todos queremos salir corriendo directito a las olas del mar. Especialmente cuando ya sentimos más seguridad, después del oscuro periodo de encierro, angustia e incertidumbre, que nos trajo el confinamiento derivado de la pandemia de Covid-19. Sí, ahora por fin el mundo está volviendo a tener algunos colores, gracias a que las vacunas han hecho su efecto, por lo menos para amainar los efectos del virus en nuestro cuerpo.

Hacía mucho tiempo que el mundo no se sentía tan vivo y consciente de ello como ocurre ahora, a nuestro alrededor, donde ya podemos correr de nuevo por la playa y sin cubrebocas. Sí, todavía hay que respetar algo la distancia social, pero ahora por fin podemos ver de nuevo a nuestros amigos y abrazarlos sin sentir mucho temor, como antes. Y eso desde luego que merece celebrarse. 

Hay muchas maneras de festejar algún acontecimiento, pero casi nunca puede faltar el pastel o por lo menos un postre, que nos recuerde que es una ocasión especial, que merece algo diferente, algo dulce, pero también algo ligero, porque seguimos cuidando nuestra dieta. Sí, también hay momentos en los que queremos fiestear y no siempre se puede. Sobre todo, porque la mayoría de los postres no siempre son ni tan fit, ni tan saludables. 

¿Qué beneficios tiene el cheesecake sin harina?

Por eso, hoy decidimos compartir contigo una receta para que prepares un rico cheesecake, pero sin harina, lo cual lo hace mucho más saludable, porque elimina muchos carbohidratos del plan. Tampoco lleva azúcar y esto lo hace doblemente más amigable con tu dieta, para que te lo puedas comer sin remordimiento de conciencia alguna. Y si ya llegaste hasta estas alturas del texto, pues podríamos decir que te interesa este postre.

En realidad es una receta bastante fácil de elaborar. De hecho, el tiempo total de elaboración es de máximo una hora y te puede rendir hasta 6 porciones. Así que si ya te decidiste a prepararlo, lo mejor es que te pongas manos a la obra, porque esta delicia seguramente te durará una semana, si es que te comes una rebanada diaria. Recuerda que a pesar de que el postre sea ligero, pues también debemos moderar nuestro consumo. 

En lugar de harina de trigo, usamos harina de avena o almendra molida. El resultado es tan rico, que ni siquiera notarás la diferencia y los beneficios que estos dos alimentos te pueden dar son muchos. Porque para empezar, tanto la almendra, como la avena, son más fáciles de digerir y además te regalan de muchísima energía, gracias a sus carbohidratos saludables y de lenta absorción, que contienen. Así que ¡manos a la obra!

Ingredientes

• 1 huevo mediano o grande
• 100 gramos de claras de huevo
• 350 gramos de queso crema desnatado
• 150 gramos de yogur skyr natural o griego
• 5 ml de esencia de vainilla o ralladura de limón
• 2.5 ml de edulcorante líquido apto para cocinar 
• 25 g de harina de avena
• 25 g de almendra molida
• 2 g de levadura química
• 1 pizca de sal

¿Cómo se prepara?

1. Precalienta el horno a 170ºC y preparar un molde redondo de fondo desmontable, de unos 18-20 cm de diámetro. 
2. Cubre el fondo con papel sulfurizado, dejando que sobresalga para "engancharla" al cerrar el molde, y engrasar los bordes con aceite o mantequilla.
3. Bate con una batidora de varillas el huevo con las claras hasta que espume y tenga volumen, un par de minutos. Añade el queso y el yogur escurrido del líquido que suelen llevar.
4. Echa también la vainilla o limón, el edulcorante (si se usa) y bate un poco más hasta incorporar.
5. Agregar las harinas, la levadura y la sal, y batir a velocidad baja hasta que no haya grumos secos y tengamos una masa homogénea, líquida y algo espesa. Echar con cuidado al molde y hornea durante unos 50-55 minutos.
6. Según el tipo de molde y del horno, conviene vigilarlo cuando ya lleve media hora.
7. Gira el molde a mitad para que se dore por arriba uniformemente. Estará listo cuando al pinchar el centro con un palillo salga limpio.
8. Deja enfriar por completo sobre una rejilla antes de desmoldar con mucho cuidado. Estará mucho mejor si se deja después enfriar en la nevera durante un par de horas.