Alan Ibarra se convirtió en el quinto eliminado de MasterChef Celebrity

Como cada fin de semana, MasterChef Celebrity nos ha dejado con mil emociones y sin poder esperar más por ver el nuevo episodio, vamos que decimos: “domingo llega ya, que no podemos esperar por ti”. Sin duda, este fin de semana nos hemos quedado impactados por lo que sucedió en el reto de eliminación, pero sobre todo con la salida de Alan Ibarra, la cual nos deja con un huevo enorme en el corazón y un “Nadia debió salir” al estilo de las redes sociales.

Así es Alan se ha convertido en el quinto expulsado de MasterChef Celebrity y tenemos que hablarlo, porque realmente creemos que merece una segunda oportunidad, después de todo si Nadia puede faltar y seguir¿por qué Alan no?. Ok dejemos el tema de Nadia, que sí debió salir y repasemos lo que sucedió con Alan.

Resulta que para este quinto programa, el intérprete de “Malherido” llegó tarde, sin dar explicación, pero lo hizo. El punto fue que por llegar tarde se perdió la Masterclass del reconocido chef Rubén Amador, quien les mostró cómo hacer un tamal tradicional. Para suerte o desgracia, como quieran verlo, no fue calificado por el chef y no dejo en vergüenza a la chef Betty y que hasta mal nos hizo sentir a nosotros.

Pese al esfuerzo que también le puso a su tamal y lo que esperábamos al menos le dieran la oportunidad por el tema de faltar un poquito, “como a Nadia”, al parecer todo le jugó en contra y tristemente, los resultados no fueron los esperados. Lo que al final presentó, fue un tamal sin sal, bueno sin sal y sin sabor alguno, porque estaba más insípido y seco que los sentimientos que decía tener por ti.

Si nosotros fuéramos los jueces, sin duda le hubiéramos dado la oportunidad, porque al final se esforzó aún sin tener idea de cómo hacerlo, en comparación de sus compañeros y, que muy a pesar de eso, logró un tamal bien hecho y sin desmoronarse, sí en efecto sin sabor, pero honestamente pudo ser peor, pasarse de sal como sucedió con Gavito, ¿no crees?. En fin se nos fue y simplemente no podemos creerlo, porque merecía estar y porque le echo todas las ganas.