¡Choque cultural! Mexicana cuenta su triste experiencia durante la hora de la comida en Holanda

La hora de la comida para todo latinoamericano no es el momento sólo de comer, es el instante de platicar, sobre todo cuando estamos en nuestro trabajo. Y es que la verdad, por más que te encante lo que haces, llega un punto en el que el tiempo que pasamos frente a la computadora de nuestros trabajos, nos hace querer botarla por un rato, es decir, mientras comemos, porque realmente este instante es una pausa importante en las culturas latinas.

Y como crecemos amando la comida y pensando en que debemos hacer una pausa en lo que estamos haciendo para ir a comer, no hacerla definitivamente podría impresionarnos demasiado, aunque bueno, con el ritmo de trabajo que se lleva actualmente, lo que es cierto, es que algunas empresas han suprimido o limitado la hora de comida, por lo que tenemos que comer en nuestro lugar y eso generalmente lo percibimos como algo deprimente. 

Sin embargo, la verdad es que para bien o para mal los mexicanos llevamos en nuestro ADN la destreza para darle la vuelta a las reglas y eso es lo que nos caracteriza en muchos lugares del mundo. A veces eso es bueno, otras no tanto, pero es un sello que por generaciones se ha instalado en nuestra identidad y por mucho que te guste seguir las reglas (sociales, sobre todo), debes saber que a veces evadirlas o saltarlas te puede sacar de algunos problemas. 

¿Cómo es la hora de la comida en Holanda?

Eso le pasó a una mexicana, quien por medio de su cuenta de TikTok contó su experiencia trabajando en una empresa ubicada en Holanda, donde de acuerdo con su descripción tenía un comedor que parecía restaurante de lujo, donde había varias barras de buffet con comida de todo tipo, pues había un chef que todos los días cocinaba comida internacional de verdadero primer mundo, peeero, que por alguna extraña razón ahí en ése lugar de trabajo nadie gustaba de aprovechar. 

En su video @maraantonieta relata que esta fue una de las diferencias que hay entre la gente de Holanda y la de México, que fue parte de su experiencia de vivir como mexicana en Holanda y en sus propias palabras cuenta que cuando recursos humanos le dio el tour por la empresa, se topó con ése gran comedor, pero que cuando llegó la hora del lunch, ella se dirigía al comedor, pero de pronto se dio cuenta que nadie la seguía, porque todos comían en su lugar. 

Luego de varios días de haber comido en su lugar, aseguró que fue gracias a una española que la buscó para ir al comedor junto a otras mujeres latinas, que comprendió que ni en Holanda ni en los países bajos se le da tanta importancia a la comida como puede ocurrir en México, toda Latinoamérica , España, Italia, Portugal  e incluso Francia "Era bien notorio que las personas que aprovechábamos ese lunch break de 1 hora, éramos de culturas latinas (...) Es que los holandeses y en general todas esas culturas nórdicas no creas que le dan tanta importancia a la comida. Digamos que es una actividad que hay que palomear para tener algo en la panza, pero no le dan la importancia y el valor que le damos nosotros", relató.