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Kéfir: ¿Qué es, para qué sirve y cómo se prepara?, aquí te lo explicamos

Quizá conoces al kéfir como búlgaros, yogur búlgaro, leche kefirada o yogur de pajaritos, te contamos todo lo que necesitas saber
lunes, 14 de marzo de 2022 · 11:38

El kéfir es una masa biótica con un aspecto similar al de la coliflor, aunque de consistencia más blanda y gelatinosa, que se forma por bacterias probióticas, levaduras, lípidos y proteínas envueltas en una matriz polisacárida llamada kefiran. De este conjunto de microorganismos se puede obtener una bebida que es muy saludable para las personas, debido principalmente a sus propiedades probióticas.

Su origen data del Cáucaso hace miles de años, ahí los campesinos del norte de las montañas servían leche remansada en odres o bolsas de piel de cabra que nunca lavaban; una vez que se terminaba la leche añadían más. A esta bebida se le conocía como Ayrag, hasta que notaron que la masa blanca era capaz de crear una bebida mejorada si le cambiaban la leche, y a esto se denominó Kéfir.

La palabra viene del turco keif, que significa "agradable sensación", lo que sentían al ingerirla, pero también conlleva la connotación de "bendición" a quien se regala. Sus beneficios eran tan conocidos que para el siglo XIX se usaba como un remedio natural contra la tuberculosis, y es que esta leche fermentada mejora la flora y el tránsito intestinal, además de auxiliar en la inmunidad del organismo.

¿Para qué sirve el kéfir?

El kéfir se puede obtener principalmente de la leche o del agua, aunque algunos también lo preparan con té, pero son los mismos microorganismos, sólo que adaptados a diferentes ambientes. Entre sus beneficios o usos están los siguientes:

* Protege a la microbiota intestinal y previene del desarrollo de patógenos intestinales.

* Regenera la flora intestinal después del uso constante de antibióticos.

* Contribuye a reducir el estreñimiento, mejora la digestión y acelera el tránsito intestinal.

* Previene el desarrollo de sobrepeso, obesidad, diabetes 2, hipertensión y enfermedades cardiovasculares.

* Combate la inflamación intestinal.

* Previene y combate la gastritis causada por la bacteria Helicobacter pylori.

* Es una bebida rica en triptófano, calcio, magnesio, fósforo, vitaminas de complejo B y K.

* Ayuda a bajar de peso, por su rico aporte de proteínas, además de ser baja en calorías.

* Es recomendable para combatir y prevenir la osteoporosis.

* Se estudia actualmente su uso para fortalecer el sistema inmunológico a través de una buena flora intestinal.

¿Cómo se prepara el kéfir?

Ingredientes:

  • 60 gramos de kéfir
  • 1 L de leche de vaca

En un tarro de vidrio sirve el kéfir y agrega la leche de vaca a temperatura ambiente, procura que el contenido no exceda tres cuartas partes de capacidad del tarro.

Tapa con una manta de cielo y una liga, para que al fermentarse puedan salir los gases, pero no se acerquen insectos. Deja en un lugar seco y a temperatura ambiente, no lo metas al refrigerador.

Después de 24 horas, puedes pasar el líquido obtenido por un colador, para obtener la mayor cantidad de líquido. Ya sea que tomes la bebida en cuanto la obtengas, o la puedes almacenar en el refrigerador hasta por 2 días.

Consideraciones importantes:

1. Jamás uses instrumentos de metal como tarro, cuchara o colador de metal, ya que esto dañaría el producto.

2. Jamás metas tu kéfir al refrigerador, pues no ocurriría la fermentación.

3. Una vez que obtuviste tu bebida, vuelve a colocar el kéfir en el tarro original y añade nuevamente leche, si los dejas en seco podrían morir.

4. Cada 10 días debes hacer una limpieza de tu kéfir, cuando saques tu bebida, en el colador de plástico añade agua mineral a tus búlgaros, hasta que salga más clara el agua, una vez que estén limpios, pásalos a papel absorbente y cuando ya estén menos húmedos puedes seguir el proceso.

5. La bebida de kéfir puede ser algo amarga, si quieres, puedes añadir un poco de miel o canela en polvo para mejorar el sabor.

6. Aunque se desconocen efectos adversos del consumo de kéfir, algunos consideran que su consumo excesivo podrían causar daños gastrointestinales, por lo que se recomienda no tomar más de 1 taza al día.