A pedir de boca
Hokol Vuh, sueños de la milpa
El cielo yucateco se llenó por una noche de estrellas MichelinSiempre me pareció que la península yucateca era una tierra de magias y secretos, pero entre todo este misterio no había reparado en pensar exactamente de qué se trataba esta magia.
Durante 48 horas, el chef Roberto Solís, con ayuda de la comunidad gastronómica internacional y el hada madrina de este proyecto, Mónica Moreno, se dedicaron a recordarnos que el legado culinario requiere entendimiento, mantenimiento, representación y visibilidad.
Destacados chefs mexicanos como Martha Ortíz, Jorge Vallejo, Carlos Gaytán, Santiago Lastra, Yvan Mucharraz, Francisco Ruano y Edgar Núñez, trabajaron de la mano con chefs extranjeros, que viajaron desde muy lejos a la península de Yucatán, tales como Dominique Crenn, Virgilo Martínez y Natsuko Shoji, entre otros, para crear y vivir una experiencia que en una noche nos hizo comprender a través de los sentidos, lo especial de los ingredientes y preparaciones endémicas que tiene esta región.
Tuve el enorme privilegio de visitar a los chefs y a sus equipos un día antes, y sorprenderme junto con ellos del abanico de posibilidades que ofrecen los ingredientes de la milpa del Mayab. Ver a un chef japonés o francés, trabajar con ingredientes que hasta hace unos días eran desconocidos para ellos, es una experiencia en la que los procesos creativos se advierten transparentes en los ojos de cada uno de ellos, quienes se mostraban atónitos ante una hojade chaya, admirados frente a la prístina miel melipona o los tubérculos con texturas, olores ysabores, completamente diferentes a los que están acostumbrados a utilizar. Se emocionaban como niños ante este nuevo reto.
Entonces verdaderamente entendí la misión de Hokol Vuh: utilizar la reinterpretación de ingredientes endémicos y tradicionales de la región por medio de las manos más aclamadas de la gastronomía alrededor del planeta, para así reconocerlos, preservarlos y visibilizarlos. Llevarlos al lugar que por derecho les corresponde, a la riqueza de esta península.
Después de esta experiencia, puedo decir que además de ser una gran vivencia que espero con ansias en 2023, aplaudo y agradezco que exista una plataforma como ésta que utilice los fondos obtenidos para recordarle al mundo estos ingredientes y preparaciones milenarias. De igual forma, emplea los medios recaudados para crear programas que favorecen el desarrollo económico y social, lo que permite que la milpa siga siendo una fuente de ingresos sostenibles para nuevas generaciones que llevan en las manos y el corazón, la responsabilidad de preservar la riqueza culinaria de herencia maya.
Hasta el próximo año Hokol Vuh, ahora más personas podemos vivir la magia haciendo a un lado el misterio, entendiendo por medio del paladar que somos parte de un todo y que en México siempre hay algo que descubrir, aunque haya estado frente a nosotros tanto tiempo.
Ku méejtech uutsil.