¿Con o sin cáscara? Conoce cuál es la forma correcta de comer las frutas

La fruta es uno de los alimentos esenciales dentro de la dieta diaria, ya que aportan una buena cantidad de fibra que el cuerpo necesita para poder funcionar de la forma adecuada. De acuerdo a las cifras dadas a conocer por la Organización Mundial de la Salud (OMS), se deben consumir al menos 400 gramos de frutas al día, pero no siempre se logra el cometido, en especial al llegar un estilo de vida muy acelerado. 

Más allá de cuánta cantidad de fruta haya que consumir al día, es importante conocer si la cáscara de algunas de ellas es mejor retirarla o comer por completo. Y no, nos referimos a todos tipo de cáscaras como la del melón, plátano y hasta el kiwi, sino de algunas muy particulares como la de la manzana, pera, durazno y otras de su misma clase que por lo regular suelen ser muy suaves al contacto y fáciles de masticar. 

Para muchas personas es común tomar una manzana y retirar la cáscara para poder comer solo la pulpa, pero en realidad se están perdiendo de la mejor parte de las frutas. Pese a que las propiedades de la fruta se quedan intactas se como o no con piel, es justo en esta última donde se concentra una buena cantidad de fibra y vitaminas buenas para el cuerpo e incluso podrían ayudar a blanquear los dientes de forma natural. 

Una de las ideas generales que nos orillan a eliminar la piel de la fruta son simples, ya sea que nos rehusemos a lavarla, porque en ocasiones la piel de algunas como el durazno podría provocar algunas alergias e incluso podría representar un problema a la hora de masticarla, en especial si se padece de enfermedades o a causa de la edad avanzada. Por el contrario, no es necesario eliminar la cáscara ya que puedes obtener una gran cantidad de beneficios.

Es justo en la piel en donde se concentran una buena parte de fibra, vitaminas, minerales y antioxidantes, que en conjunto ayudan a reducir la posibilidad de llegar a desarrollar problemas tales como el cáncer, estreñimiento, obesidad, diabetes, colesterol, entre muchos otros más. En algunas ocasiones las pieles como la de la naranja o limón, podrían ser difíciles de consumir de forma directa, pero se pueden añadir ralladas en algún postre o incluso como parte del yogurt de la mañana o el jugo. 

La cáscara de papa o del pepino, son buenos ejemplos que alimentos que se pueden comer con cáscara sin problema alguno, incluso añaden un toque de sabor extra a las preparaciones en las que se utilicen. Y más recientemente, se ha popularizado el consumo de la piel de alimentos como la piña o el mango, las cuales se pueden usar en infusiones o tés para aprovechar al máximo todas sus propiedades.