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Refrescos dietéticos podrían contribuir a subir de peso: Harvard

Los expertos indican que el problema de los refrescos no sólo está en las calorías, descubre cómo afecta en el peso
miércoles, 24 de marzo de 2021 · 13:13

Aunque muchos optan por elegir un refresco dietético o "cero calorías" en lugar de un refresco regular para bajar de peso, según una investigación publicada por la Universidad de Harvard ninguna de estas opciones te ayudaría a adelgazar, pero peor aún, podrían provocar un aumento de peso.

Según un artículo de Robert H. Shmerling, médico editor de Harvard Health Publishing, el problema con los refrescos no son solo las calorías, sino que al ser endulzados artificialmente podrían crear un antojo por alimentos dulces y ricos en calorías. Por esta razón, a pesar de que en teoría elimina "calorías vacías" o no nutritivas, estarían fomentando el consumo de otros alimentos y bebidas.

De acuerdo con estudios hechos a roedores se descubrió que al menos un edulcorante artificial (aspartamo) daña una parte del cerebro que le dice al animal cuándo parar de comer, mientras que varios estudios en humanos han encontrado una tendencia al aumento de peso entre las personas que beben bebidas endulzadas artificialmente.

¿Por qué tomar refrescos dietéticos engorda?

Aunque algunos estudios argumentan que las bebidas bajas en calorías, endulzadas artificialmente, pueden ayudar a perder peso, hay un factor que complica el estudio que llaman "causalidad inversa", y se trata de que las personas en riesgo de obesidad tienden a elegir estas bebidas, lo que hace que parecer a estas bebidas como culpables.

No obstante, los investigadores no descartan otros problemas de salud asociados con los edulcorantes artificiales, incluido un posible aumento en el riesgo de ciertos cánceres, enfermedades cardiovasculares y problemas renales.

Bebidas carbonatadas y sus riesgos

Respecto al agua carbonatada sin azúcar, calorías o edulcorantes artificiales, también hay un estudio de 2017 que señala sus efectos adversos.

En éste se dio a ratas de laboratorio por más de un año cuatro bebidas: agua, una bebida carbonatada regular, una bebida carbonatada regular sin gas y una bebida carbonatada dietética, de las cuales, las bebidas carbonatadas regulares tenían edulcorantes que no eran artificiales.

Los investigadores encontraron que las ratas que bebieron una bebida carbonatada (regular o dietética) comieron más comida que las ratas que bebieron agua o refrescos sin gas. Las primeras aumentaron de peso más rápido que las segundas.

Además detectaron que la cantidad de grelina, la "hormona del hambre", en el tejido del estómago fue mayor después de la exposición a bebidas carbonatadas en comparación con bebidas no carbonatadas.

En cuanto a los humanos, se estudió a 20 estudiantes varones, quienes tomaron cinco bebidas (agua, refresco regular, refresco regular sin gas, refresco dietético o agua carbonatada), una en cada sesión, durante un periodo de un mes.

Poco después se midieron sus niveles de grelina en la sangre y se encontró lo siguiente:

Cuando los estudiantes bebieron cualquier bebida carbonatada (refresco regular, refresco dietético o agua carbonatada), sus niveles de grelina aumentaron a niveles más altos que cuando bebieron agua o refresco sin gas.

"Aunque este estudio no evaluó la ingesta de alimentos de los estudiantes o los cambios de peso después de beber diferentes tipos de bebidas, el aumento de los niveles de grelina después del consumo de bebidas carbonatadas hace plausible que estas bebidas puedan provocar hambre, mayor consumo de alimentos y aumento de peso."

Según los autores de este estudio, se cree que las células en el estómago que son sensibles a la presión responden al dióxido de carbono que hay en las bebidas carbonatadas, lo que aumentaría la producción de grelina y esto a su vez fomentaría el ánimo de comer o beber más.

Aunque Shmerling reconoce la necesidad de más estudios, manifiesta que la mejor forma de bajar de peso y cuidar la salud es tomar agua o buscar alternativas más saludables que los refrescos carbonatados o dietéticos, por ejemplo, el té sin azúcar o el agua de frutas y tomar de forma moderada las otras opciones menos saludables.