Así puedes hacer tu propio aceite de jengibre casero y aprovechar sus beneficios

El jengibre es una de las plantas más apreciadas actualmente debido a sus grandes beneficios a la salud, a su aroma y sabor picante, por lo que es ocupado con una gran variedad de objetivos, desde la gastronomía, hasta fines cosméticos y medicinales; se trata del tallo subterráneo de una planta que crece hasta 90 centímetros de alto y que crece naturalmente en los bosques lluviosos tropicales de India, al sur de Asia.

El aceite de jengibre se obtiene por destilación de la raíz a través de un proceso de cocción, donde se obtiene una mezcla de aceites esenciales y oleorresinas que tienen poderosos efectos antioxidantes y antiinflamatorios, como especifica un artículo de la Revista de Fisiología y Farmacología de la India en 2011; también fue demostrada su acción broncodilatadora y antimicrobiana en artículos por la revista Food and Chemical Toxicology, lo que significa que combate a hongos y bacterias, así como enfermedades del sistema respiratorio.

Este aceite también es muy beneficioso para tratar el dolor, en especial en enfermedades musculoesqueléticas o articulares como la artritis, pero también para prevenir enfermedades metabólicas gracias a su poder antioxidante y antiinflamatorio, por ello, puede ser recomendado para reducir el riesgo a la resistencia de insulina, aterosclerosis o problemas cardiovasculares, aunque como todo, con moderación.

El aceite de jengibre se usa mucho para dar masajes con el fin de aliviar dolores musculares o articulares; no obstante, también se usa para cocinar. Prepararlo no es complejo, pero sí lleva un periodo de reposo extenso para que el jengibre suelte sus propiedades en la base de aceite que se ocupe, es preferible usar aceite de oliva o de aguacate ya que son tipos de aceites oléicos con ácidos grasos Omega 9 que pueden consumirse y son más benéficos para la salud.

Aceite de jengibre

Ingredientes:

150 mililitros de aceite de oliva o de aguacate

100 gramos de raíz de jengibre fresca

Lava muy bien tu jengibre y luego córtalo en pequeñas rodajas o extrae su ralladura, luego colócalo en una cazuela con el aceite, menea para integrar muy bien, tapa y deja en fuego muy bajito durante una hora u hora y media, si tienes termómetro controla que no suba de 70ºC por 2 horas. Pasado ese tiempo, retira del fuego y deja reposar durante toda la noche, así se impregnará muy bien el sabor y el aroma del jengibre.

Para colarlo pásalo a un recipiente tipo jarra, que tenga una hendidura que facilite el vaciado, y verte el aceite con ayuda de una coladera, así evitarás que la ralladura o los trozos del jengibre caigan, si aún te quedaron pedacitos, utiliza un trapo de cocina limpio y de preferencia nuevo para colarlo, sirviendo en esta tela el aceite y con las manos muy limpias exprimiendo para que sólo pase el aceite limpio.

Cuando tengas tu aceite listo, puedes guardarlo en un recipiente para el uso que quieras darle, ya sea para cocina o para masajes por ejemplo, así que elige tu traste y asegúrate de que esté bien limpio, luego pasa ahí el aceite y tápalo.