La hija de doña Ángela comparte su receta de un exquisito mole rojo de res

Hacer mole no es tan sencillo cuando se prepara desde cero, pero tampoco es imposible, y la hija de doña Ángela, Brenda, compartió en esta ocasión con todos sus seguidores la receta de mole rojo de res, que no sólo se ve "para chuparse los dedos", sino que también parece bastante fácil de hacer. Tan es así, que la cocinera elabora a la par un arroz rojo a la mexicana para acompañar este rico guisado.

Uno de los moles rojos más populares es el poblano, aunque se le puede llamar así a cualquier tipo de mole que se prepara como salsa roja, rojiza o café clara, según el diccionario de Larousse Cocina. Esta preparación se parece más a la elaborada en Morelos, donde se usan la variedad de chiles pasilla, ancho y criollo, aunque en esta receta se usan el chile negro, mulato y guajillo, que le dan su característica tonalidad.

Además, nos llama la atención que para esta preparación, en lugar de usar pan duro como se suele hacer tradicionalmente, la hija de doña Ángela emplea galletas saladas crujientes, para el mismo objetivo, aunque seguramente le brinda un sabor extra. Te compartimos el paso a paso de esta receta y el listado de ingredientes que necesitas para elaborar el mole rojo de res y el arroz que hizo en esta ocasión la cocinera.

Mole rojo de res

Ingredientes para la carne:

• 1.5 kilo de chambarete de res
• 1 trozo de cebolla
• 2 dientes de ajo
• Sal

Ingredientes para el arroz:

• 500 gramos de arroz
• 3 jitomates
• 1 trozo de cebolla
• 1 diente de ajo
• 1 calabacita
• 1 zanahoria
• Aceite vegetal
• Sal

Ingredientes para el mole:

• 4 chiles negros
• 2 chiles mulatos
• 2 chiles guajillo
• 1 jitomate
• 1 cebolla chica
• 4 dientes de ajo
• 4 clavos de olor
• 1 puñito de pimientas gordas
• 2 cucharadas de amaranto
• 1 paquete de galletas saladas crujientes
• Aceite vegetal

Brenda comienza colocando una olla con suficiente agua a fuego alto, ahí agrega el chambarete de res, la cebolla, los dientes de ajo con cáscara y puñito de sal, esto se deja a fuego alto tapado por aproximadamente 2 horas y media para que la carne esté bien suave.

Mientras está lista la carne, la hija de doña Ángela desvena los chiles y al terminar, coloca un sartén al fuego con el ajonjoí, que remueve constantemente para evitar que se queme y salte. Una vez dorado lo retira a un recipiente para reservarlo.

En el mismo sartén, agrega un buen chorro de aceite vegetal y cuando está caliente coloca los chiles uno por uno, dándoles apenas una pasada para que se doren y en cuanto están listos se pasan a una cazuela u olla con agua a fuego alto para dejar que se suavicen.

Al final agrega la cebolla y el jitomate partidos en cuartos, cuando comienzan a dorarse agrega los dientes de ajo pelados, los clavos de olor y las pimientas gordas una vez que están listos los pasa a la cazuela de los chiles. Aprovechando el sartén caliente, añade las galletas saladas crujientes para darles una pasadita y luego las pasa a la olla de los chiles, junto con el ajonjolí, hasta que se hayan suavizado.

Mientras se suavizan, la hija de doña Ángela comienza a preparar el arroz. En una cazuela con aceite vegetal agrega el arroz y lo comienza a remover de forma regular hasta que esté dorado. Mientras está listo, licúa los jitomates, la cebolla, los ajos, un puñito de sal y 1 taza (aproximadamente) de agua, hasta obtener una salsa homogénea.

Cuando el arroz ya está doradito, agrega la calabacita y la zanahoria picadas en daditos y agrega la salsa de jitomate, y esto se deja en el fuego hasta que se consuma (como Brenda no da cantidades exactas, para que el arroz quede bien cocido, sólo calcula usar el doble de agua que de arroz, en este caso sería un total de 1 litro).

A continuación, Brenda pone una cazuela al fuego con un chorro de aceite vegetal y mientras se calienta, muele en la licuadora los chiles, las especias, el ajonjolí, la cebolla, los ajos, el jitomate y las galletas que doró y dejó en el agua hasta suavizarse. Al obtener una salsa homogéna, la sirve en la cazuela caliente y ahí agrega un puñito de sal.

Una vez que el mole empieza a hervir, la hija de doña Ángela agrega la carne, también ya cocida y suave, y tras dejarla unos minutos para que se integren los sabores, retira del fuego, ¡está listo para disfrutarse!