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Receta fácil y rápida para preparar un sublime fondue de queso
Es una deliciosa botana, que bien podría acompañarse con pan de ajo o simple pan tostado
Los quesos han evolucionado con el ser humano. Surgieron en el Neolítico, cuando el ser humano aprendió a domesticar a los animales en Europa. Para los antiguos griegos, el queso era un regalo de los dioses y llegó el momento en que para los romanos esto era ya toda una sofisticación, pero cuando fue el ocaso de Roma, surgieron técnicas de elaboración en locales diferentes. Así , actualmente existen centenares de variedades de queso.
Sus diferentes estilos y sabores son el resultado del uso de distintas especies de bacterias y mohos, diferentes niveles de nata en la leche, variaciones en el tiempo de curación, diferentes tratamientos en su proceso y diferentes razas de vacas, cabras o el mamífero y que leche se use. Otros factores incluyen la dieta del ganado y la adición de agentes saborizantes tales como hierbas, especias o ahumado. Que la leche esté o no pasteurizada también puede afectar al sabor.
Existen varias versiones con respecto a su origen. Cuenta una leyenda, que el queso fue descubierto por un mercader árabe que, mientras realizaba un largo viaje por el desierto, puso leche en un recipiente fabricado a partir del estómago de un cordero. Cuando fue a consumirla vio que estaba coagulada y fermentada (debido al cuajo del estómago del cordero y a la alta temperatura del desierto). Hay otros autores que señalan que el queso ya se conocía en la prehistoria, pero no se ha podido comprobar. Por otra parte, las ovejas fueron domesticadas hace 12 000 años y en el antiguo Egipto se cuidaban vacas y se ordeñaban para obtener la leche, por lo que es lógico pensar que también harían quesos.
¿Tiene que ver algo con la palabra FORMAGGIO?
La palabra queso procede del latín caseus (de origen desconocido, quizás relacionada con la raíz indoeuropea *kṷath-, "hervir, burbujear"), luego, entre los legionarios se hizo famoso el término formaticum (que significa moldeado), y la frase caseus formatus llegó a significar queso moldeado. Así tenemos que al queso, en francés se le diga fromage, en italiano formaggio o en catalán formatge, e incluso en castellano formaje, aunque hoy en día es una palabra en desuso.
En algunos restaurantes italianos instalados en países de habla hispana todavía se les dice formaggio, sobre todo para referirse a los platillos de queso fundido, comunes por ejemplo en las entradas de los menús, como las cazuelas de quatro formaggi, que no es otra cosa que una cazuela de cuatro quesos o platillos como la pizza de cuatro quesos. Dentro de esta categoría, también entran los fondue de queso.
Este último platillo es una deliciosa botana, que bien podría acompañarse con pan de ajo, jitomate deshidratado o simple pan tostado. Es una mezcla de 4 quesos diferentes y fundidos. Es una receta que te compartiremos, porque su preparación es muy sencilla, deliciosa y sobre todo: rápida. No te llevará más de 20 minutos, una vez que tengas todos los ingredientes. De todas las versiones que hay, una de nuestras favoritas es la de mostaza de dijón. Ya probarás por qué.
Ingredientes
- 2 tazas de queso cheddar rallado
- 2 tazas de queso gruyére rallado
- 1 taza de queso parmesano rallado
- 1/4 de taza de harina
- 2 cucharaditas de mostaza en polvo
- 2 cucharaditas de mostaza dijón
- 2 tazas de vino blanco
- Baguettes cortados en dados o trozos pequeños
¿Cómo prepararlo?
- Mezcla los distintos quesos, la mostaza en polvo y la harina en un bowl.
- En una cazuela, ya sea especial para fondue, de aluminio o acero inoxidable, lleva el vino ligeramente a ebullición y agrega las cucharadas de queso. Remueve cada adición hasta fundirlo.
- Cuando la crema ya haya espesado, agrega la mostaza de dijón y sazona con pimienta.
- Remueve hasta que el fondue no tenga grumos y burbujee. Mantenlo en el fuego.
- Si lo deseas, puedes tostar el pan en aceite de oliva vegetal y ajo.
- Servir caliente y ¡Disfruta!
