Aprende a hacer unas deliciosas galletas de mantequilla con esta receta casera

En los días lluviosos con o sin huracán lo único que se antoja es dormir, tomar té y alguna que otra galletita o pan de dulce. Sin embargo, no siempre tenemos o ganas o tiempo de poder hacerlas. Sin embargo, cuando recordamos el sabor, sabemos que el sacrificio merece mucho la pena hacerlas, ya que son el toque perfecto para esos momentos de fría o lluvia,en los que ni ganas dan de salir de casa. 

Las galletas son un bocadillo que se acostumbra mucho en Navidad y puede ser que por eso, apenas las olemos y mentalmente escuchamos los cascabeles. Sin embargo, no hay porque esperar hasta diciembre para que pruebes estas delicias, ya que si te das la oportunidad, puedes experimentar ésa alegría en cualquier tarde que lo amerite. Por esa razón, hoy decidimos compartir contigo una extraordinaria receta para que prepares unas suculentas galletas de mantequilla. 

Las galletas de mantequilla puede que no sean el postre más rápido que existe, pero te aseguramos que aguardar por él, merece totalmente el esfuerzo y la pena. Su sabor es extraordinario y no son tan nuevas como creías. No, no las inventaron las organizaciones de beneficencia donde las puedes conseguir fácilmente. En realidad su origen se remonta al siglo XII, donde se dice que se encuentra la primera receta escrita. 

¿Cuál es el origen de las galletas de mantequilla?

Como muchas otras cosas populares de pastelería, son de origen británico y son muy populares en Reino Unido para acompañar el té. Al inicio apenas llevaban azúcar y eran más compactas de lo que las conocemos actualmente. Sus nombres han ido cambiando a lo largo de la historia y de hecho su primera versión fue el bis coctum en latín, que significaba bizcocho delgado, en Roma, como alusión a su poca humedad en comparación con la del pan o la de un pastel. Para ablandarlas, los romanos las mojaban con vino.

Hoy son tan populares que las podemos encontrar casi en cualquier lado y las hay naturales, con confitería, pequeñas y grandes. No son tan complicadas para preparar, pero sí requieren su tiempito y dedicación. Por ello te recomendamos que apartes el día o la tarde de hoy para que las hagas. Verás que es bien relajante ponerte manos a la obra con un postre tan delicioso, como legendario. Cuando las pruebes entenderás por qué. ¡Toma nota!

Ingredientes

• 2 huevos
•  2½ tazas de harina (350 gramos)
•  1 cucharadita de esencia de vainilla
•  1 cucharadita de polvo de hornear (levadura química tipo Royal)
•  100 gramos de mantequilla
•  1 taza de azúcar (200 gramos)

¿Cómo se prepara?

1. En un recipiente mezcla la mantequilla y el azúcar. El proceso lo puedes hacer a mano, con una espátula o varillas eléctricas.
2.  Continúa removiendo con la espátula hasta conseguir que estos se integren por completo. 
3. Si se te hace muy complicado amasar las galletas de mantequilla a mano puedes usar una varillas eléctricas, pero no deberías tener problemas.
4.  
5. Deja el bol con la masa a un lado y, aparte, tamiza la harina junto con el polvo de hornear (levadura química).
6. Cuando lo hayas hecho, ve añadiendo poco a poco la harina en la preparación y revuelve hasta que se integre todo por completo.
7.  Una vez que la masa de galletas esté lista, es momento de envolverla en papel transparente o film y guardarla en el refrigerador por 30 minutos aproximadamente. Lo ideal es formar una o varias bolas pequeñas.
8. Pasado este tiempo, ya podrás sacar la masa de la nevera. Para trabajarla, esparce un poco de harina sobre una superficie plana y extiéndela con ayuda de un rodillo. 
9. Haz las galletas de mantequilla del grosor que quieras y córtalas con ayuda de un molde con la forma que más te guste o con un vaso para hacer galletas redondas. 
10. Precalienta el horno a 180°C
11. Coloca las galletas de mantequilla caseras sobre una bandeja de horno forrada con papel vegetal y hornéalas durante 15 minutos, o hasta que estén doradas.
12. Cuando estén listas, saca la bandeja del horno. Notarás que las galletas de mantequilla están un poco blandas. Es momento de sacarlas a enfriar a una rejilla. 
13. ¡Provecho!

¿Cómo las puedes decorar?

El límite para decorar este tipo de galletas, es el cielo. Puedes rociarlas de azúcar glas, de chispitas de chocolate, con fondant, elementos de confitería o con chocolate del que se hace duro. Eso ya queda a tu elección, aunque en realidad hasta solas saben muy ricas con un tradicional vaso de leche bien frías, o como lo hemos mencionado antes, con una taza de té, café o hasta chocolate.