¡No te derritas de calor y mejor prepara una rica caipiriña sabor maracuyá!

No hay nada peor que vivir la temporada de calor en encierro, sin aguas frutales, nuestros postres fríos favoritos y por supuesto, los cocteles que más nos gustan. La verdad es que esta es la mejor parte de llegar a las estaciones más cálidas del año, que en lugar de estarnos quejando porque el sol nos agota, pues podríamos empezar a verle el lado amable, ya que básicamente es casi, casi una declaración de barra libre. 

Admítelo, ya querías que llegara el calor, porque estabas harta de cargar con tu chamarra para todos lados. Es una bonita época, donde hay pocos calambres, casi nada de deshidratación y básicamente la libertad de poder andar en short sin que nadie nos diga nada. La verdad es que no hay nada mejor que esas mañanas donde las cobijas no te atan, sino todo lo contrario: ¡Tú las puedes aventar!

Así que sumándonos a los festejos de la primavera, hoy decidimos compartir contigo una receta de tierra caliente. No, no es una ensalada, tampoco es una agua fresca aunque así lo parezca. Es algo mucho más divertido: Se trata de nada más y nada menos que del coctel caipiriña, un clásico brasileño, pero no del sabor tradicional, sino maracuyá. En realidad es una mezcla que suena interesante y merece la pena probarla.

¿Dónde surgió la caipiriña?

La caipiriña es un trago que está vinculado a la esclavitud y al cultivo de caña de azúcar. Los esclavos  bebían garapa y las familias pudientes cachaza en los eventos importantes. Con el tiempo se empezó a mezclar la cachaza con zumos de frutas en lo que se conocía como “batidas”. Su  ingrediente principal es la cachaça (cachaza), pero también lleva lima o limón sutil, una o dos puntas de dedo de lalo, azúcar y hielo.

El nombre de la bebida fue puesto alrededor de 1900 y viene de una mezcla de “caipira” (término que hace referencia a los campesinos que habitaban en los bosques) y de “Curupirinha” (Curupira era un demonio místico que vivía en los bosques, cuyo diminutivo es “curupirinha”. La palabra hace referencia al estado de ebriedad en que comenzamos a tener visión borrosa. 

Por su parte, la maracuyá, que se considera  nativa de República Dominicana, pero también de países como Perú, Colombia, Ecuador, Venezuela, Brasil, Paraguay, Bolivia, Uruguay y del norte de Argentina. También se le conoce como "fruta de la pasión", pero no precisamente por tratarse de una fruta afrodisíaca (aunque se le haya hecho la fama), sino por su similitud con la corona de espinas, que podría haber usado Jesucristo, según los colonizadores españoles. Y este trago tiene un sabor divino, así que ¡manos a la obra!

Ingredientes

• 1 botella de cachaca
• 1 vaso de jugo de maracuyá
• 4 cucharadas de azúcar blanco
• 1 lima
• Hielo

¿Cómo se prepara?

1. Corta la lima en unos 8 gajos. Ahora, moja el borde del vaso con cada rodaja de lima y échalas a un mortero.
2. A continuación machácalas con 4 cucharadas de azúcar blanco.
3. Rellena el vaso que vaya utilizar con 4 cubitos de hielo, o hielo picado hasta arriba, y agregue la cachaca.
4. De no tener cachaca, puedes utilizar ron. A continuación, agrega el jugo de limón mezclado con el azúcar y, por último, el jugo de maracuyá.
5. Remueve bien para mezclar los ingredientes.
6. ¡Listo!