Día de Muertos

¿Cómo ha sido la evolución del pan de muerto? Conoce un poco de su historia

Uno de los elementos más representativos de la celebración del Día de Muertos es el pan, conoce un poco de la historia que hay detrás de este manjar de temporada
martes, 1 de noviembre de 2022 · 18:45

Las celebraciones de Día de Muertos no serían lo mismo sin la presencia de uno de los elementos más representativos de esta fiesta, el pan de muerto. Pero, ¿cuál ha sido el origen y la evolución de este manjar culinario?. Aquí te contamos un poco.

El pan de muerto tiene al menos dos versiones sobre su invención, la primera refiere al origen en el México antiguo, durante la época prehispánica, el pan que se elaboraba contenía amaranto, maíz seco y tostado al cual llamaban “mariposa” o “papalotlaxcalli”, el cual era ofrendada a los dioses, así lo refiere la maestra en antropología por el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, Erika María Méndez Martínez, en un artículo publicado en el portal de ciencia UNAM.

Asimismo, se menciona que, de acuerdo con los relatos de algunos cronistas como Fray Diego de Durán y Bernardino de Sahagún, mencionan que el pan que se elaboraba durante esa época, era un pan ázimo que no contenía cal, era un tipo de pan hecho a base de miel de maguey y amaranto, con esta mezcla se elaboran figuras como huesos y la imagen del dios al que veneraban.

Se detalla que el “papalotlaxcalli” era como una tortilla en la que se sellaba una mariposa. Se considera, que este alimento era exclusivo para la ofrenda a la diosa Cihuapipiltin, pues estaba dedicada a las mujeres que morían del primer parto. En el pasado el pan de muerto no se elaboraba como hoy lo conocemos. La elaboración de este bizcocho se basa en las preparaciones de otros panes que ya se hacían antes, el sabor que lo caracteriza actualmente con ingredientes como mantequilla, naranja y azúcar, corresponde a la tradicional preparación del centro del país.

Cabe mencionar, que las formas y sabores del pan de muerto se ha relacionado y está íntimamente apegado a los elementos culturales y la cosmovisión de cada región del país, en el que sus formas son diferentes. Por ejemplo, en Oaxaca en los pueblos chinantecos, se elabora un pan en forma de sirena, que es ofrendado a los dueños del agua, pues se cree que gracias a ellos se asegura una buena pesca.

De acuerdo con Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), algunas variedades de este pan cambian de acuerdo con la región, en Mixquic, en la Ciudad de México se elaboran las “despeinadas” que son roscas de azúcar de color rosa, espolvoreado con azúcar, ajonjolí y granillo. En esta región también se elaboran pan en forma de mariposa, pues se creía que cuando las niñas morían se convertían en mariposas.

Otro ejemplo, es en Acámbaro, Guanajuato, el pan que se elabora es en forma de conejos, mulas, borregos o pan de conocido como “almas” que son de figura humana. Se caracterizan por estar glaseados, los que representan a los adultos llevan en el centro azúcar rosa y los representan a los niños, simplemente están glaseados y se distinguen por su color blanco.