Goma de mascar

¡Chicle y pega! El curioso origen de la goma de mascar

El chile es un producto de origen muy antiguo, que su consumo se ha popularizado alrededor del mundo
lunes, 3 de agosto de 2020 · 16:07

El chicle es una golosina que se puede encontrar por todo el mundo y que tiene una alta demanda. Nos hemos familiarizado con su consumo y recurrimos a este producto muchas veces para evitar el mal aliento o a veces por el gusto de mascarlo. Aunque poco nos cuestionamos sobre su procedencia, la goma de mascar o chicle es un producto que México le regaló al mundo y ahora es una de las golosinas más demandadas alrededor del globo.

Existen registros de que en la Antigua Grecia y Egipto, hasta en la prehistoria, se mascaban resinas de diferentes árboles y otras plantas que ofrecían propiedades medicinales. Aunque el chicle moderno surgió en las selvas del sureste mexicano. Fueron los mayas quienes empezaron a recolectar la savia del chicozapote, haciendo cortes en forma de zig zag en el árbol para que fluyera la resina en recipientes colocados debajo del chicozapote. Después seguían un proceso de secado y obtenían una goma masticable para limpiarse los dientes y para inhibir el hambre. 

El nombre chicle se debe a que los mayas conocían este producto como “sicte” que significa fluido vital. Con el paso del tiempo, su uso se fue extendiendo y los aztecas lo conocían como “tzictli que significa pegar. Al llegar los españoles, empezaron a darle el nombre de chicle. Fueron los españoles quienes comenzaron a popularizar su uso en distintos lugares de Europa. 

También fue gracias al ex presidente Antonio López de Santa Anna que la goma de mascar conquistó mercados internacionales. Durante su período de exilio en Nueva York, Santa Anna junto con el fotógrafo Adams, retomó este producto buscando adaptarlo a fines de transporte, buscando producir un material flexible y resistente para neumáticos de carruajes. Fue así que surgió la propuesta de mezclarlo con hule y aunque la idea fracasó, se empezó a vender este producto a boticarios con el fin de la higiene y al agregarle saborizante, se empezó a consumir como golosina.

Realmente, cuando el chicle conquistó todas las fronteras fue hasta la Segunda Guerra Mundial, ya que los soldados norteamericanos usaban el chicle para relajar la tensión nerviosa, estimular la producción de saliva e inhibir el hambre por un período de tiempo. Con el paso del tiempo, los otros ejércitos descubrieron los efectos del chicle y empezaron a consumirlo con los mismos fines. 

Con el paso del tiempo, el consumo del chicle se volvió más común entre ciudades por cuestiones de higiene bucal y también como una golosina hasta convertirse en una costumbre generalizada en distintas partes del mundo.

Más de