Unesco nombra al cuscús Patrimonio Inmaterial de la Humanidad

Este miércoles 16 de diciembre, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) anunció que el cuscús formará parte del listado de 2020 protegidos como "Patrimonio Inmaterial de la Humanidad", debido a la nobleza de un platillo emblemático que de acuerdo al organismo es no sólo un alimento, sino una expresión de la vida en sociedad.

La solicitud fue hecha de forma conjunta por Marruecos, Argelia, Túnez y Mauritania, países que reúnen al Magreb y que se han caracterizado por mantener constantemente disputas políticas, aunque en esta ocasión un alimento los unió por un fin común. El cuscús es un platillo con base en sémola de trigo al vapor que muchas veces se sirve de un plato del que todos comen.

De ahí que se considere una expresión de la vida en sociedad, pues tradicionalmente en las culturas de Magreb las personas se reúnen para compartir el alimento. Este cereal se cocina desde hace casi dos siglos con agua y se prepara con una gran variedad de verduras y carne, entre los que destacan la ternera, el pollo, el cordero, el cabrito e incluso el camello, un animal muy típico de esa región.

Cuscús, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad

Los países del Magreb sostuvieron que los conocimientos y prácticas alrededor del cuscús formaban parte integral de su patrimonio cultural, además de que eran puestas en práctica por personas de todos los géneros y edades, sean sedentarias o nómadas, rurales o urbanas, incluidas las emigrantes, al tiempo que es un alimento incluido tanto en las festividades como en los funerales.

El cuscús es un alimento básico en las cocinas de África del Norte, especialmente en Marruecos, Túnez y Argelia. Aunque se desconoce con precisión su origen, se sabe que desde el 238 antes de Cristo los bereberes preparaban este alimento. Entre las primeras referencias del cuscús se encuentra la de un autor anónimo en el siglo XIII donde se menciona una receta para prepararlo.

Sumado al cuscús, el arte de la relojería mecánica franco-suiza, las prácticas culinarias de comida callejera en Singapur, la práctica de los Caballos del Vino en Murcia, al sur de España, y el "chamamé" o música y bailes de la provincia argentina de Corrientes que se usa en todo tipo de celebraciones comunitarias, fueron actividades también inscritas en la lista del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.