Así puedes preparar una salsa de tomate casera para tus preparaciones preferidas

La salsa de tomate es una de las más comunes en el mundo, ya que se utiliza para acompañar diversos platillos. La base de esta salsa es el jitomate, conocido en el mundo simplemente como tomate, y que ha dado origen a una gran cantidad de variantes de esta preparación. Por ejemplo, si bien en México solemos preparar salsas de jitomate con chile, hay otros países que lo consumen más bien dulce.

En Europa es muy común que se agregue azúcar a la preparación hecha con jitomates muy maduros, además de harina, pues de esta forma le restan acidez al fruto mexicano y lo vuelven más espeso. Este tipo de salsas se aprovecha mucho en platillos con pasta, en la elaboración de la pizza o como acompañamiento de carnes.

De forma comercial esta salsa se hace mucho más dulce y de consistencia homogénea y se conoce como catsup o ketchup, que la empleamos para servir comida rápida como hamburguesas, hot dogs o acompañar unas ricas papas fritas. A continuación te compartimos una receta para hacer tu propia salsa de tomate casera, verás que es muy sencillo realizarla.

Salsa de tomate

Ingredientes:

• 1 kilo de jitomate
• 1 cebolla mediana
• 2 dientes de ajo
• 1 cucharadita de pimentón dulce
• 1/2 cucharadita de azúcar
• 5 hojas de albahaca
• Pimienta negra molida
• Aceite vegetal
• Sal

Coloca una cazuela a fuego medio con un chorrito de aceite vegetal, una vez caliente agrega la cebolla y el ajo finamente picados.

Mientras, coloca los jitomates cortados en cuatro y previamente lavados en la licuadora, muele hasta obtener un puré. Una vez que la cebolla y el ajo se pocharon, sirve el jitomate, bajando la temperatura para que no salpique.

Agrega sal y pimienta negra molida al gusto, el azúcar, el pimentón dulce y las hojitas de albahaca, remueve y espera a temperatura media por aproximadamente 15 minutos, o hasta que veas que el jitomate ha cambiado de color y se ve más brillante.

Baja la flama y tapa la cazuela espera por unos 35 minutos para que se espese y se concentren los sabores. Pasado este tiempo rectifica el sazón y retira del fuego.

Si quieres una salsa de tomate más tersa, espera a que se enfríe un poco y muele en la licuadora para obtener esa consistencia, incluso la puedes colar después para desechar los trocitos de piel o semillas del jitomate. ¡Disfruta esta rica salsa de tomate!