El origen de la salsa holandesa es francés, se atribuye su creación al cocinero Marie-Antoine Carème, a quien también se le da el crédito al sistema francés de salsas. La preparación holandesa es una emulsión que se hace con mantequilla, vinagre, yemas de huevo y jugo de limón, para sazonarla se utiliza la sal y pimienta blanca.
La salsa holandesa es ideal para acompañar platillos preparados con pescado y mariscos, también se acostumbra poner sobre verduras como son los espárragos asados. Sin embargo, el platillo más famoso al que se le agrega la salsa holandesa es a los famosísimos huevos benedictinos, por eso, en esta ocasión te damos una receta sencilla para preparar esta espectacular salsa holandesa.
Ingredientes:
- 2 cds vinagre de vino blanco
- 2 hojas de estragón fresco o seco
- 1 cda agua
- 3 yemas
- 200 g mantequilla
- Gotas de jugo de limón al gusto
- Sal al gusto
- Pimienta al gusto
Procedimiento:
Hierva en una olla pequeña el vinagre, el estragón, la pimienta y el agua hasta que se evapore la mitad del líquido. Cuele y deje enfriar.
Mezcle en un bowl las yemas con la mezcla de vinagre que redujo.
Ponga el recipiente a baño María a fuego alto (retirando el bowl repetidas veces del baño María sin dejar de batir para evitar que el huevo se cuaje) y con un batidor globo bata la mezcla hasta que espese.
Añada lentamente, sin dejar de batir, la mantequilla derretida.
Agregue sal y pimienta al gusto y algunas gotas de jugo de limón.