El último día de Semana Santa es el Domingo de Pascua, una fecha llena de colores y dulces que encanta a los más pequeños pero que al mismo tiempo reúne a familias completas para planear las decoraciones de este día tan especial. Se trata de una de las festividades más arraigadas en Europa y en Estados Unidos, donde se suele decorar y regalar huevos colocados en pequeñas cestas.
Esta tradición comienza con la abstinencia en Cuaresma, la cual señala que no se podían comer ciertos productos como carne, lácteos ni huevos, por lo que estos últimos eran bañados con una capa fina de cera líquida para mantenerlos frescos por más tiempo. Una vez terminada la temporada de Cuaresma, la gente se reunía junto a la iglesia para repartir estos huevos decorados con colores muy llamativos colocados en cestas.
A la fecha la tradición de regalar huevos en Pascua se ha convertido en uno de los más coloridos festejos de Semana Santa, pero en la actualidad los huevos se han sustituido por chocolates que encantan a los más pequeños. Sin embargo, una de las contradicciones es que estos huevos son entregados por un conejo, lo que parece un tanto extraño ya que estos animales no producen huevos, entonces ¿de dónde nace esta tradición?
¿Por qué un conejo entrega huevos en Pascua?
En muchas de las culturas del mundo, los huevos son un símbolo de vida y fertilidad, incluso en Roma y Grecia estos eran regalados en los festivales de primavera. Cuando hablamos del significado de los huevos dentro de la religión estos tienen un símbolo de "vida nueva" el cual coincide con la historia religiosa de la resurrección de Jesús al tercer día de ser crucificado, por lo que también se le conoce a esta fecha como Domingo de Gloria.
Entonces ¿de dónde surge el conejo? Bueno aquí hay dos historias sobre la figura del conejo dentro de las celebraciones de Pascua, la primera tiene que ver con su origen religioso ya en el cristianismo antiguo se usaba la figura de una liebre silvestre para representar el camino a la resurrección, e incluso hay una leyenda popular que señala que un conejo estuvo presente cuando Jesús fue enterrado en el sepulcro, mismo que fue testigo de su resurrección.
Se dice que fue el conejo supo debía avisar sobre lo ocurrido, por lo que se le ocurrió pintar un huevo contando lo que había visto, así repartió huevos decorados por todas las casas para dar fe de lo sucedido con Jesús. De ahí nace la tradición de esconder los huevos en el patio para que los niños salgan a buscarlos por los alrededores en el Domingo de Pascua.
Aunque esta última se trate solo de una leyenda, hay quienes aseguran que la aparición del conejo en esta festividades se debe a una fantasía intentada, la cual añade un poco de ilusión a los niños que celebran esta fecha. Aunque claro, no se puede dejar de lado el significado religioso que se añade al conejo dentro de la historia cuyas celebraciones son de gran importancia en el mundo.