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Ponle sabor a tu comida con esta receta para hacer una salsa de chile morita

Entre las más de 50 variedades de chile que existen en nuestro país, el morita es uno de los más especiales. ¡Pruébalo con esta receta!
martes, 26 de octubre de 2021 · 09:52

Si ya estás pensando desde temprano en qué puedes preparar para disfrutar de una comida que salga un poco de lo tradicional, te recomendamos hacer una receta muy especial: salsa de chile morita. Con ella podrás darle a cualquier platillo que se te ocurra, ese toque picante y emocionante que todos necesitamos al inicio de semana.

Desde tiempos inmemoriales el chile ha sido base de la alimentación de los mexicanos y aunque en nuestro territorio existen unas 50 variedades totalmente distintas entre sí, el morita es uno de los consentidos.

Por un lado, al igual que muchos otros, estos chiles son ricos en vitaminas A y C y en proteínas. Su consumo tiende a disminuir el riesgo de llegar a sufrir de gripes, resfriados y previene el envejecimiento prematuro.

Sin embargo, el chile morita destaca por ser uno de los chiles más tradicionales de la cocina mexicana, pues se utiliza sobre todo en los estados centrales de la Republica Mexicana. Su nombre lo obtiene debido a que es muy parecido al chile mora pero más pequeño.

Al tratarse de un chile ahumado y seco a menudo lo confunden con el chile chipotle, sobre todo por que ambos provienen del jalapeño, sin embargo su sabor es muy diferente, ¡y sumamente especial! Dale una oportunidad a su inigualable sabor con la siguiente receta.

SALSA DE CHILE MORITA

Ingredientes:

6 chiles morita limpios 

2 dientes de ajo 

1 taza de agua caliente

Sal al gusto

2 cdas de aceite vegetal 

Preparación:

1. Retírale las semillas a los chiles.

2. En un sartén con aceite caliente, añade los chiles y los dientes de ajo y fríelos a fuego medio.

3. Cuando notes que los chiles se inflan, estarán listos. Retíralos del fuego junto con los ajos y colócalos en un recipiente con la taza de agua caliente. Remoja durante unos 10 minutos.

4. Después, licúalos junto con la mitad del agua de remojo y el aceite en el que freíste. Cuando tengas la consistencia deseada de la salsa, agrega sal al gusto, ¡y disfruta!

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