Flan de Queso Crema SIN HORNO, disfruta con una receta fácil

El flan es un postre clásico y muy ad hoc con esta época debido a que se consume frío. La receta del flan data de siglos antes de Cristo, pues los fenicios, griegos y romanos preparaban un platillo llamado Tyroptina, que estaba elaborado con huevo, como ingrediente principal.

Este postre se mantuvo y popularizó durante la Edad Media por la Cuaresma, ya que muchos alimentos estaban prohibidos. Actualmente existen muchas recetas para disfrutarlo y hay diversas formas de prepararlo, la más común es en horno, pero en esta ocasión te presentamos una en que no lo necesitarás.

Este flan de queso crema sin horno no sólo es muy fácil de hacer, sino que te quedará cremoso y suave, increíble a la vista, y te sorprenderá que sin tener conocimientos de cocina, cualquiera lo puede preparar. Aquí te decimos el paso a paso para que puedas obtener un resultado exquisito.

Flan de queso crema sin horno

Ingredientes:

• 500 gramos de queso crema
• 500 mL de leche entera
• 1 taza de leche condensada
• 5 huevos
• 1 cucharada de esencia de vainilla
• 1 taza de azúcar
• 150 mL de agua

Coloca el azúcar en una cazuela a fuego medio bajo y con una palita de madera remueve constantemente hasta que se haga líquido, agrega el agua y remueve nuevamente hasta incorporar y deshacer, después espera a que el caramelo se vuelva a espesar, a fuego alto pueden ser 5 minutos aproximadamente.

Vacía a tu flanera o molde el caramelo, el tono debe ser dorado, ligeramente café, no lo dejes en la estufa porque puede quemarse. Remueve para que se pegue en las paredes del recipiente.

Una vez listo, coloca los demás ingredientes en la licuadora, es decir, el queso crema, la leche entera, la leche condensada, los huevos y la esencia de vainilla, muele hasta obtener una mezcla homogénea.

Sirve esta mezcla en tu recipiente, sobre el caramelo y tapa el molde con papel aluminio, de preferencia con dos láminas y si es posible con tapa, para asegurarte de que no se salga el contenido. Luego colócalo en una olla más grande con un poco de agua, si te es posible, coloca una rejilla y tapa, deja calentado a baño María por una hora y media aproximadamente.

Retira del fuego y saca de la olla, espera a que se enfríe un poco y haz la prueba del palillo o cuchillo, mételo y si sale limpio es que se coció perfectamente. Deja que se enfríe por una hora a temperatura ambiente y luego llévalo al refrigerador por 4 horas o de preferencia toda la noche.

Al día siguiente desmolda, coloca un plato arriba y voltea en un movimiento suave y rápido. ¡Disfruta de esta delicia!