¿Exceso de guayabas? Aprovéchalas y cocina un delicioso ate mexicano

El ate es un dulce hecho con frutas cocidas con azúcar que comenzó a prepararse en el Medio Oriente y llegó a México durante la conquista española, pues en Andalucía, España, existía un postre similar que se conocía como "carne de membrillo". Su preparación se extendió y popularizó en diferentes regiones de nuestro país y ahora se prepara típicamente en los estados de Michoacán, Coahuila, Guanajuato y Chihuahua.

El nombre de "ate" proviene del término que se le da a cada fruta que se emplea para preparar el dulce, por ejemplo, membrillete, guayabate o higate. Para preparar este dulce se utilizan frutas como las peras, manzanas, guayabas, tejocotes, mangos o calabazas, que son cocidas y en algunos casos se les agrega color vegetal para cambiar su presentación, por lo que en muchas ocasiones se usa para adornar panes como la rosca de reyes o para hacer dulce con el color de la bandera.

En Michoacán es uno de los dulces más famosos, pues su preparación comenzó a realizarse en 1595 cuando las monjas dominicanas del convento de Santa Rosa de Lima, lo hacían para ganarse la vida fabricando y vendiéndolo. Su receta incluía distintas frutas llevadas desde Europa a Michoacán por los frailes franciscanos, como el membrillo, la guayaba, el tejocote, la manzana, el durazno, la pera, el mango, la ciruela y el higo.

Ate de guayaba

Ingredientes:

1 kilo de guayabas

2 litros de agua

Cáscaras y corazones de 2 manzanas

3 tazas de azúcar

3 limones

Coloca las guayabas ya lavadas y cortadas en trozos en una licuadora con dos tazas de agua y licúalas, después cuela la pulpa de la fruta y reserva. Por otra parte, en una olla pequeña pon las cáscaras y los corazones de las manzanas, luego agrega dos tazas de agua y deja que hierva, cuando se reduzca a la mitad quita la olla del fuego y reserva. En otra olla puesta a fuego alto agrega la pulpa de guayaba, el agua de las manzanas, el azúcar y el jugo de limón y mueve constantemente hasta que hierva.

El ate estará listo cuando se vea el fondo de la olla mientras revuelves. Vierte entonces el ate en un molde, de preferencia cuadrado, con papel encerado y refrigera por un día completo, así se cuajará hasta conseguir la consistencia de una pasta sólida, para servirlo corta en rebanadas y acompaña con queso.