En medida que restaurantes y bares reanudan y continúan sus jornadas, es necesario recordar que cada uno de estos espacios debe contar con consideraciones sobre cómo reducir el riesgo de los empleados, clientes y comunidades; para así lograr desacelerar la propagación del COVID-19 sin necesidad de continuar impidiendo la reactivación de las operaciones de estos establecimientos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) en conjunto a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) han emitido una serie de recomendaciones que, si bien están dirigidas principalmente a los establecimientos de comida, también son aplicables a otros como tiendas, iglesias y templos.

Ya sea que tú trabajes o estés a cargo de algunas de estas recomendaciones, o simplemente seas un visitador frecuente de ellas, te recomendamos revisarlas y asegurarte de poder cumplirlas cada vez que salgas de casa; así ayudaremos a acabar de la manera más pronta con la crisis sanitaria que actualmente está viviendo todo el mundo.

5 recomendaciones para la operación de restaurantes en pandemia

Mantener los espacios ventilados

Si bien es cierto que las mascarillas pueden reducir el riesgo de propagación del COVID-19 si los clientes y empleados las usan de manera constante, es necesario recordar que cuanto más interactúe- y más prolongada sea esa interacción- la gente, mayor será el riesgo de propagación del virus. 

De acuerdo con los especialistas, se corre el riesgo más bajo se da cuando se limita a atención por ventanilla, entrega, comida para llevar y retiro en la acera; sin embargo, a sabiendas de que esto no siempre es posible, las recomendaciones por parte de las autoridades sanitarias exhortan a mantener una circulación de aire constante en el lugar, algo que se puede lograr manteniendo las puertas y ventanas abiertas.

Guardar distanciamiento físico entre empleados, clientes y visitantes

El COVID-19 se propaga principalmente cuando las personas están físicamente cerca o en contacto directo con una persona infectada. Esto sucede principalmente cuando los enfermos tosen, estornudan, cantan, hablan o respiran; ya que mediante estas actividades producen gotitas respiratorias; casi imperceptibles pero muy peligrosas. Por ello, lo más recomendable es guardar distanciamiento físico entre todos los que se encuentran en el establecimiento y así limitar la interacción.

Limitar el número de personas en lugares cerrados

Esta medida es complementaria a lo que anteriormente hemos expuesto respecto a limitar el contacto entre las personas. Gracias a su importancia, actualmente la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, los restaurantes pueden ofrecer servicio a los comensales al interior, solo con un aforo máximo de del 30 por ciento.

Tener disponibilidad de suficientes estaciones de lavado de manos y gel a base de alcohol

Es un requerimiento de suma importancia el que los empleados de estos lugares siempre se laven las manos con agua y jabón por al menos 20 segundos luego de quitarse los guantes; sin embargo, también es algo que todos, sin excepción, debemos hacer para cuidar de nuestra salud.

Por otro lado, si no dispone de agua y jabón para el lavado de manos, el uso de un desinfectante de manos que contenga al menos un 60 % de alcohol es imprescindible.

Contar con un plan de respaldo en caso de que alguien se sienta mal

Por último, pero no menos importante, tomar los datos de todos los clientes al ingresar a un establecimiento, o bien, mantener un número de emergencia a la mano en caso de que alguien comience a sentirse mal, es algo que todo lugar debe contemplar.

Algunas de las recomendaciones sanitarias indican que las personas que se identifiquen con síntomas o enfermas deberán retirarse a sus casas o a un establecimiento de atención médica, en función de la gravedad de su malestar. Por otro lado,  los operadores de restaurantes y bares deben notificar de inmediato a los funcionarios de salud de su jurisdicción y al personal correspondiente acerca de cualquier caso de COVID-19.