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¿No sabes qué almorzar? Receta para hacer un croissant de mantequilla casero

Esta delicia es elaborada con masa hojaldre. Se trata de un tipo de viennoiserie símbolo de la gastronomía francesa que bien puedes preparar en tu hogar
sábado, 29 de mayo de 2021 · 10:00

¿Quién no ha saboreado un croissant, acompañado de una buena taza de café, chocolate o té? Es un una delicia irresistible y, más, por su rico sabor a mantequilla.

El croissant lo puedes comer untando con mermelada, cajeta o con lo  que gustes. Su consistencia esponjosa y crujiente es algo que nadie está dispuesto a dejar de disfrutar.

En el texto Larousse de la Cocina se menciona que “aunque su origen es austriaco, algunos relatos afirman que se originó en Viena en 1683. Según cuentan, unos panaderos que trabajaban de noche escucharon ruidos provenientes de enemigos otomanos que pretendían invadir la ciudad; los panaderos alertaron a las autoridades antes del amanecer, lo que permitió repeler el asalto. Cuando los otomanos fueron vencidos, Juan III Sovieski otorgó a los panaderos el privilegio de crear un bollo que inmortalizara el acontecimiento. El bollo que inventaron tenía una forma de cuerno alargado y lo llamaron hörnchen, que en alemán significa «cuerno pequeño», haciendo alusión a la luna creciente que figuraba en el estandarte del imperio otomano”.

Otros relatos dicen que estos panes eran la ofrenda para los dioses griegos, en el siglo X; y que eran servidos en las mesas de la alta sociedad en la Edad Media.

Actualmente, esta delicia se saborea desde los restaurantes más lujosos, hasta los más modestos. Lo cierto, es que se trata de una especialidad que ha complacido los paladares de gran parte de los habitantes del mundo.

A continuación te compartimos la receta para que la puedas degustar con tus seres queridos en la comodidad de tu casa.

Croissant

Ingredientes:

Masa de croissant:

  • 1 kg de harina de trigo
  • 18 g de sal 22 g de levadura en polvo
  • 520 ml de agua fría
  • 100 g de azúcar
  • 140 g de mantequilla cortada en cubos, a temperatura ambiente
  • Para el croissant:
  • Masa de croissant
  • Brillo de huevo, cantidad suficiente.

Procedimiento

Para la masa de croissant:

Formar con la harina de trigo y la sal un volcán sobre una superficie de trabajo. Hacer un orificio en el centro, colocar dentro la levadura en polvo y disolver con un poco del agua; después, incorporar el azúcar y un poco más de agua. Mezclar poco a poco la harina del derredor, agregar el resto del agua y continuar incorporando el resto de la harina poco a poco hasta obtener una masa. Amasar hasta que se despegue de la superficie y esté un poco elástica. Incorporar poco a poco la mantequilla a la masa y continuar trabajar hasta que se despegue de la superficie y esté lisa, suave y elástica. Formar una esfera con la masa y colocar en un tazón ligeramente engrasado; cubrir con plástico autoadherente para evitar que se reseque y dejar reposar a temperatura ambiente durante 30 minutos

Colocar la masa sobre una de las charolas, ponchar y aplastar con las manos hasta que adquiera la forma de la charola. Cubrir con plástico autoadherente y congelar durante 1 hora.

Para el croissant:

Sacar la masa del refrigerador. Enharinar una mesa y coloque encima la masa; extender hasta obtener un rectángulo de 40 x 60 centímetros de largo y ½ centímetro de grosor. Enharinar su superficie y doblar por la mitad sobre sí mismo para obtener un rectángulo de 20 x 60 centímetros. Hacer pequeñas marcas en la orilla de uno de los lados largos de la masa, cada 7.5 centímetros con ayuda del cuchillo. En la orilla contraria, hacer marcas entre cada dos marcas del lado opuesto.   Siguiendo las marcas de ambos lados de la masa, cortar triángulos; deberá obtener 30 triángulos en total. Realizar una incisión de 1 centímetro en la mitad de la base de cada triángulo. Retirar el exceso de harina de la superficie y enrollar los triángulos sobre sí mismos, comenzando por la base. Colocar en las charolas y déjelos reposar entre 2 y 2½ horas o hasta que dupliquen su volumen.

Precalientar el horno a 200 °C. Colocar el sartén sobre el fuego hasta que esté bien caliente, pasar con cuidado al piso del horno. Barnizar los croissants con un poco de brillo de huevo, sin que éste se cuele entre los dobleces de los panes. Introducir en el horno, verter ¼ de taza de agua en el sartén caliente y cerrar el horno. Hornear los croissants durante 5 minutos; reducir la temperatura a 180 °C y continuar la cocción entre 10 y 15 minutos más o hasta que se doren uniformemente. Sacar del horno y dejar enfriar sobre la rejilla.

Receta: Larousse Cocina

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