¿Cómo se hace el vino rosado? Conoce las técnicas más comunes para lograrlo

El vino es una de las bebidas que ha cobrado relevancia, ya que por sus combinación de sabores y aromas se ha colocado como una de las mejores bebidas para maridar diversos platillos, mientras que el resto de las bebidas se han consolidado como aperitivos, para la elaboración de cocteles o para disfrutarse solos, aunque hay algunas claras excepciones. Sin embargo, hay un vino muy particular asociado al verano, estamos hablando del vino rosado.

Por sus color tenue, sabores dulces, el vino rosado se ha colocado como uno de los vinos clásicos del verano, ya que se lleva a la perfección con esta temporada como una de las bebidas más frescas y refrescantes que se puedan encontrar. Pero más allá de ser un vino para relajarse en la época de calor, su elaboración en ocasiones causa un poco de confusión sobre cuál es la forma correcta de hacerlo.

¿Cómo se hace el vino rosado?

De acuerdo a los relatos históricos es posible que el vino rosado sea uno de los primeros vinos elaborados por los griegos, el cual era elaborado a partir de una mezcla diluida de uvas rojas y blancas, ya que se consideraba que solo los bárbaros bebían vino puro (sin diluir), lo que ocasioné una serie de violaciones y asesinatos. Con el paso de los años esas historias se convirtieron en leyendas y las uvas blancas y rojas fueron separadas para dar vida a los ahora famosos vinos rosados.

Contrario a lo que se podría creer, este tipo de vino se elabora con uvas Tempranillo o Garnacha, las mismas que se usan para la creación de los vinos tintos. La maceración es el punto clave que da vida a los vinos rosados -por lo que también se han ganado el nombre de "vino de una noche" o "vino de un día"-, usando como referencia dos tipos de técnicas principales: maceración y sangrado.

Maceración. Este es uno de los métodos para la elaboración del vino rosado más comunes que se pueden encontrar, la cual consiste en tomar uvas tintas o blancas y procesarlas de la forma regular para la creación del vino. Sin embargo, la diferencia se encuentra en e tiempo de reposo que se le da a la piel de la uva, este último puede llevar desde un par horas hasta un par de días, dependiendo de la intensidad del color que se desee. Al final, se retira la piel de la uva y se deja fermentar en tanques de acero inoxidable.

Sangrado. Uno de los métodos poco usados, pero a través del cual se logran vinos más refinados. Para lograrlo es necesario procesar la uvas como si se tratara de elaborar un tinto, y una vez que el jugo ha tomado el tiempo suficiente junto a la piel y las semillas, se retira una parte para fermentar en un tanque distinto. Este proceso también es conocido como "un tinto que nunca llegó a ser".

Hay un tercer método para lograr obtener un vino tinto, pero se trata de uno de los menos recomendados en el mercado, ya que se mezclan vinos tintos con blancos hasta lograr la tonalidad deseada. Aunque es una de las técnicas que no es bien recibida por los amantes el vino, es una de las cuales más se usa en diversas marcas del mercado.