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¿Por qué los japoneses comen pollo frito en Navidad? Esto explica tiktoker mexicana

Esta TikToker preguntó qué era lo que hacían los japoneses en Navidad y estos le dijeron que comían pollo frito
miércoles, 4 de enero de 2023 · 10:59

Desde que Chingu Amiga aseguró que en Corea se come pollo frito en Navidad, las dudas aumentaron y ahora una TikToker mexicana y aparente outsider o viajera de corazón, aseguró que en una ocasión le tocó pasar esta especial fecha en Japón y según su testimonio "fue como un episodio de South Park". 

Y es que la usuaria identificada como @holasoy.natasha contó que cuando le tocó vivir la Navidad en la tierra de Hayao Miyazaki, ella daba clases de inglés a niños y adultos en Japón, por lo que estaban hablando de cómo celebraban diferentes países la Navidad, por lo que ella preguntó qué era lo que hacían los japoneses y estos le dijeron que comían KFC en la fecha y que ya muchos habían encargado su pedido en estas tiendas. 

"Y pues hice una investigación de campo con método científico de que hipótesis, bla, bla, bla, pregunté a un montón de gente y sí todos comen Kentucky. Conforme se acercaba la fecha, los Kentucky tenían la colotototototota" fueron algunas de sus palabras al describir la situación que vivió, pero después se dispuso a investigar un poco más sobre este fenómeno (y nosotros también) y encontró que tiene una razón histórica.

¿Por qué los japoneses comen KFC en Navidad?

Según sus palabras y varios medios internacionales, los japoneses comen pollo frito y empanizado en Navidad, porque al término de la Segunda Guerra Mundial, cuando Estados Unidos todavía tenía el control de los medios de comunicación en la isla, existía gran interés en la moda occidental, por lo que el poder económico de Japón, que estaba por las nubes, en ése momento, podía ser usado para volverse hacia la cultura del consumo.

Para la década de 1970, había muchos que no habían establecido tradiciones navideñas familiares, por lo que para 1974 se lanzó una campaña de marketing "Kentucky para Navidad", que estuvo respaldada por una importante inversión publicitaria, que capturó la atención de los japoneses hasta con un villancico inventado, como "My Old Kentucky Home", que sonaba de fondo cuando se veía el comercial de una familia feliz disfrutando de su pollo en Navidad.

La campaña pegó tanto, que para 1981, la cadena norteamericana ya había abierto 324 tiendas, con más de 30 al año y sus ingresos eran de 200 millones de dólares al año, según el documental "El coronel llega a Japón". De esta manera, los japoneses creyeron que estaban siendo parte de la tradición norteamericana al comer KFC, sin saber que estaban creando su propia tradición navideña ellos mismos, guiados de la madre mercadotecnia.