Al igual que el yogurt tradicional, el yogurt griego promueve la salud intestinal, fortalece los huesos y el sistema inmunitario, sin embargo, esta receta contiene menos sodio, carbohidratos y el doble de proteínas; lo que lo vuelve un postre o colación ideal para aquellos que quieren cuidar específicamente de su salud cardiovascular o para personas vegetarianas.

El origen de este producto lácteo proviene de Grecia y es “straggisto” que significa yogurt filtrado; por lo que no es de sorprender que la clave de su singular consistencia y aportes se den al filtrar y eliminar el suero de leche.

Y aunque esta receta es originaria del país homónimo, en realidad, se consume también en Asia central, Chipre y Oriente Medio. Pero, ¿por qué no llevar una receta a nuestros hogares? 

¡Aprende a prepararlo!

Ingredientes:

1 litro de leche entera

125 gramos de yogurt natural sin azúcar

Preparación: 

1. En una olla coloca la leche y calienta hasta que llegue a los 70°C; no más porque de ser así, las bacterias del yogurt morirían.

2. Coloca un cucharón con la leche caliente en un recipiente hondo junto con el yogurt. Mezcla bien hasta integrar y quedar sin grumos.

3. Agrega la mezcla de yogurt a la olla con leche. Remueve inmediatamente hasta integrar.

4. Coloca la leche en un tupper y sella con la tapa para no dejar que el calor escape. Luego envuelve el recipiente en una toalla.

5. Deja reposar en un sitio cerrado toda la noche (puede ser el microondas o el horno apagado).

6. Al día siguiente encontrarás que la mezcla ya tiene una consistencia más parecida a la del yogurt. Ahora, coloca un colador de pasta sobre un bowl grande y tapa con otra toalla. Sobre ésta vacía la mezcla, tapa con el resto de la toalla y mete al refrigerador otro día. De esta manera dejarás que el yogurt suelte el suero y quede con una mejor consistencia.

7. Retira del refrigerador, destapa y descubre que tu yogurt griego habrá quedado listo para degustar. Puedes acompañarlo de fruta picada.