¿Cuáles son las características de un buen vino blanco?

El vino blanco es uno de los vinos que se puede acompañar con cualquier alimento y tiene la ventaja de tomarse frío o a temperatura ambiente. 

El poco contacto con la piel de la uva durante la producción, hacen que este vino tenga un color que va del transparente hasta una tonalidad ámbar. Principalmente si las uvas con las que se elabora son jóvenes, el vino será más claro y será con la maduración de la fruta o del propio vino en las barricas que ésta se oxide y con el tiempo adquieren un tono amarillento. 

Respecto a los taninos, el vino blanco presenta muy pocos debido a su escaso contacto con la cáscara de la uva, es por eso que el vino suele ser entre dulce y seco, sin presentar sensación de amargura en la lengua. 

Para detectar que un vino blanco es de calidad, éste debe presentar tonalidades verde claro, pajizo, amarillo dorado y ámbar. En caso de encontrar olores avinagrados, a corcho, a humedad o a moho es una señal de que el vino no está en buen estado.

Con la edad el color de los vinos blancos se oscurece y pueden llegar a adoptar un tono marrón, lo que nos indica que han entrado en fase de declive perdiendo toda su frutalidad y frescura. En el caso contrario si el vino es muy pálido indica que se trata de un vino muy joven, que no ha tardado en ser embotellado y en consecuencia no ha recibido crianza.