Posicionado como un referente de la cocina hidalguense, junto con la famosa barbacoa de hoyo, los pastes han ganado terreno en el imaginario de la cocina popular mexicana, gracias en buena medida a las acciones de distintas empresas que han abierto numerosas franquicias en distintos estados de la República y que ya apuntan a territorio estadounidense.
La historia del paste en México se remonta a 1824, con la llegada de población británica originaria de Cornwall, dedicada principalmente a la minería. Asentados originalmente en Real del Monte, Hidalgo, fueron los introductores del Cornish Pasty, cuya origen data del siglo XIII.
El paste fue pronto un alimento básico para los mineros. En esencia es un pastelillo horneado relleno de carnes con vegetales. La "trenza" que aún se le realiza era la parte de la cual los mineros lo tomaban, sin necesidad de lavarse las manos. Esa "trenza" era arrojada a algún rincón de la mina, con la idea de alimentar a los duendes y tenerlos contentos. Por cierto, se dice que esos duendes que aún habitan en la región llegaron dentro de la maquinaria importada por los ingleses.
Real del Monte es considerada la capital de esta preparación, si bien es un bocadilllo que se consume en todo el estado, a cualquier hora del día. El paste tiene también su fecha de celebración en octubre, cuando se realiza una fiesta durante un fin de semana en ese Pueblo Mágico, donde igualmente está el Museo del Paste
En su obra La cocina de Hidalgo: fuentes, propuestas y pastes, José Luis Juárez López advierte que uno de los primeros registros de difusión masiva de la cocina hidalguense data de 1944. El Recetario de Cocina Excélsior mencionaba como representativos de ese estado lo que llamaron pastas (pastes) y las enchiladas verdes. Años más tarde Josefina Velázquez de León, en su Recetario de cocina regional de México, habló de un reducido número de preparaciones hidalguenses: el asado al pastor, la barbacoa en mixiote, los pastes de Pachuca, los itacates para los mineros, los tacos placeros y los tamales.
Hoy en día, la cantidad de rellenos es tan amplia como la imaginación y el espíritu de aventura. Están los hawaianos, de mole verde, mole rojo, salchicha, rajas con queso y frijol con chorizo, entre otros; además de los dulces de cajeta con nuez, de distintas mermeladas y los de dulce de leche. Los hidalguenses siguen siendo los campeones en el consumo de estas preparaciones. Sin embargo ya no es raro ver la compra habitual de pastes en CDMX, Guadalajara y Monterrey. Y si bien no hay indicadores todavía confiables, los pastes van ganando terreno y resultando competitivos en el área de la comida callejera. Los de carne con papa siguen siendo los favoritos de la mayoría, al menos así advierten diversos productores.