Opinión

Nube viajera: Hoy, el lunes y antier

Mañana es sábado y continúo mi exploración en un mundo micótico. Me llama la atención el universo de los hongos

Nube viajera: Hoy, el lunes y antier
Valentina Ortiz Monasterio Foto: Especial

Hoy es viernes y ceno en Bakea, me hace feliz el plan, un grupo diverso, no muy mío, pero con ideas inteligentes. Echaré a andar mi ejercicio clásico, me gusta conocer a la gente a partir de lo que come o lo que bebe, de cómo se refiere al equipo que atiende, de cuánta propina deja. Ha estado lloviendo y haciendo frío, ojalá haya hoy un especial de esos que como las palabras bonitas y pacientes alimentan el alma, una bouillabaise, un arroz muy caldoso quizá. Lo que ya sé es que comienzo con un Martini, elijo yo el vino y pido mucho pan con mantequilla. Me gusta mucho comer bien.

El martes en el mismo rumbo hice lo que quizá no debo hacer pero a Israel le tengo confianza. Sentarme en un booth de Zeru, misma zona de mi barrio, pedir un Martini —los hacen muy, muy bien en ese lugar—, y pedir ibérico, pan con tomate y pimientos del padrón, sólo eso. Y conversar, y quejarme un poco, y abrazar a mi amigo-compinche-hermano-familia y sentirme abrazada por él. No, no comí socarrat y no, no pedí el pámpano que me encanta, no pedí nada, era sólo fumar, traguitos y alguito. Me gusta mucho dar gracias picando jabugo y mordiendo la aceituna de mi Martini.

El miércoles tuve hambre toda la mañana, mucho frío y no dejó de llover. Tenía comida también inteligente y también en el Zeru pero aborté la misión, quería estar calientita de cuerpo, de alma, trabajé, argumenté, me aterré, me inspiré, todo, alrededor de un menú que me abrazó como lo hace mi casa, sopa de jitomate rostizado, pollo en mejorana y miel con papitas cambray y unos camotes de un anaranjado super vivo, sólo con aceite, mascarpone y mucha pimienta fresca. Me sirvió de muchas formas anidar en mi casa esa mitad de semana, pensar en logos de hamburguesas, en un viaje que necesito mucho, ser amable con Chat GPT por armarme con diseñito chulo la matriz de festivales que necesitaba (aunque Mistura ya no existe y ya le dije dos veces) y comer bien. Me gusta mucho comer en mi casa en donde se come muy bien.

Mañana es sábado y continúo mi exploración en un nuevo mundo micótico. Me llama la atención el universo de los hongos —su biología, su ecología, sus formas, sus colores, sus relaciones con otros seres vivos y con el ser humano—, su sentido cultural y simbólico, quiero saber mucho, quiero comer todos, quiero con ese conocimiento poder terminar de imaginar proyectos futuros. Me gusta mucho tejer iniciativas en las que se coma y se piense muy bien.

Y luego es domingo y veo el mar y hablo de marca país, y luego es martes y viajo a un mundo de bordados y de mujeres de Tenango con los colores de los vinos de Balero, mis vinos; y luego es miércoles y abrazo a mujeres que admiro y adoro comiéndonos un taquito en Pujol, y luego es jueves y acompaño a Tomás en sus diez añitos de cocinar bien rico en La Docena, amigos, cariños y unos taquitos en La Estrella que ya les tengo muchas ganas. Y luego hay más días y mucho más, muchas más cosas que hacer, metas, retos, silencios, triunfos, éxitos, abrazos, fiestas, dolores, comilonas, buenos y malos vinos, buenas y malas ideas, buenos y malos restaurantes, buenas y malas memorias. Me gusta mucho la vida, me gusta mucho comérmela.

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