Opinión

A pedir de boca: Darosa, de Italia con amor

Darosa ofrece una variedad de opciones que te transportarán a los sabores tradicionales (y otros no tanto) de la mesa italiana
viernes, 17 de mayo de 2024 · 03:35

En estos días, la ciudad nos presenta una variada gama de opciones culinarias, lo que nos vuelve cada vez más exigentes –o confundidos– al momento de elegir dónde vivir nuestras experiencias gastronómicas. En este escenario, Darosa emerge como una propuesta que no pasa desapercibida.

El ambiente de Darosa marca un precedente que parte de una simpleza apoyada en técnicas muy bien amarradas. Esa simpleza abarca desde la decoración, la comida y, por supuesto, la propuesta de vinos y coctelería. Si lo contemplas para una velada más íntima y amena, en la barra puedes ver de primera mano cómo prepararán tus drinks o pedir las selecciones de la casa. Si eres de los que aún no se avienta a tener una cita a ciegas contigo mismo, esta barra puede ser un gran lugar para sacar a tu mente y paladar por un paseo en la ciudad. Así, sin mayor compañía. 

Darosa ofrece una variedad de opciones que te transportarán a los sabores tradicionales (y otros no tanto) de la mesa italiana. Hay dos aspectos clave en este menú: la armonía entre los platos elegidos y la experiencia compartida que propicia. 

Este lugarcito cerca del corazón y lejos de la memoria, no se trata de porciones abundantes, pero cada bocado vale la pena en términos de autenticidad y calidad.

Para el viaje mediterráneo sentado a una mesa, su focaccia acompañada de burrata casera es el mejor vehículo. 

Tanto la focaccia con tomates de temporada y aceitunas negras como la variante con zucchini y aceite de laurel son delirios con olor a trigo. 

Si aprecias la sencillez y los ingredientes de calidad, te sorprenderá y te dejará un resabio de querer volver. Por lo menos así fue conmigo, ¿será que extraño mi ciudad?

Los platos principales son joyas escritas en blanco y negro. El rigatoni con ragú deja a cualquiera sin aliento (por lo menos unos segundos). Tanto la lobina con puré veneciano, gremolata y coles de Bruselas como la con mayonesa de hierbas están preparadas a la perfección, algo que no siempre se encuentra en otros establecimientos, menos en esta zona de la ciudad. 

Reserva, tira tu suerte en la barra antes, y después siéntate a la mesa, emprende el viaje y déjate llevar. Aquí comer y beber es sólo disfrutar.

¡Buen provecho!