Opinión

Panorámicas del servicio: 1 año después

Les iré actualizando sobre los hallazgos de cómo es la operación aquí en Miami que, sin duda, es abismalmente diferente a como la concebimos en México
viernes, 9 de febrero de 2024 · 01:00

Hace poco menos de un año se publicaba mi última columna. Un año lleno de retos, aprendizajes y emociones. Una curva de aprendizaje a 75 grados de inclinación en la que llevamos un pie a fondo del acelerador y el otro sobre el clutch preparado para reaccionar.

Seguimos en Miami, el restaurante va muy bien, cada día con más clientes y ya con un importante premio colgado en la pared y con espacio al lado para el más codiciado de todos. Just in case.

Les iré actualizando sobre los hallazgos de cómo es la operación aquí que, sin duda, como ya lo veníamos discutiendo, es abismalmente diferente a como la concebimos en México.

Platicaremos sobre las dinámicas con el personal, los proveedores, los clientes, la estacionalidad y hasta la tramitología, porque si, ese último punto va a llevarse varios párrafos, risas y en mi caso hasta canas.

Por lo pronto les adelanto uno sobre el que nunca antes habíamos platicado. La estacionalidad. Desde que empezamos a hacer nuestra investigación lo más relevante siempre fue la diferencia tan marcada entre la temporada alta y la temporada baja, y cómo es que la ciudad entera se mantiene prácticamente con las ganancias de los 4-6 meses que dura la temporada alta.

Históricamente la temporada alta comienza en noviembre, se fortalece en diciembre y en teoría no debe bajar mucho hasta el día de la madre. Eso sí, Miami está viviendo muchos cambios muy interesantes.

Justamente, ahí yace la parte interesante de esta nueva estacionalidad. Una vez que lo piensas resulta lógico y tremendamente intuitivo. La pandemia. Si, durante la pandemia Miami fue de los pocos, si no es que el único, lugar en el mundo que estuvo abierto y prácticamente sin restricciones. La cantidad de gente que vino aquí para huir del encierro aportó a una ya de por sí grande burbuja. 

Como prueba están los sueldos y la escasez de personal, o los precios de los alquileres, que tocaron sus puntos más complicados un poco antes de que se empezaran a flexibilizar las restricciones en el resto del mundo. Hoy, ya bien terminada la pandemia, ya no hay mucha diferencia con otras ciudades importantes de los Estados Unidos, y los alquileres han bajado entre un 10 y 15%, desde 2022 y la disponibilidad de colaboradores es un poco más favorable.

Hoy, la gente ya está yendo a otros lados, pueden ir a España, a Francia, pueden visitar Sudamérica o cualquier lugar del mundo, porque oficialmente el COVID ya está 86. Y si, por lo que he hablado con mucha, muchísima gente, toda aquella persona que durante la pandemia estuvo viniendo a Miami, ahora puede ir a otros lugares.