Opinión

De 11 a 14: Bájenle al alcohol

El vino bajo en alcohol gana terreno como tendencia y este año parece que irrumpirá en consumidores jóvenes, estantes y menús

De 11 a 14: Bájenle al alcohol
Ángel Rivas Foto: Especial

Tal parece que esta columna puede cambiar de nombre más adelante en el año y es que los vinos bajos en alcohol (entre los seis y once grados, como una cerveza) empiezan a ganar adeptos en países con gran consumo de esta bebida.

Ya no son una novedad en países como Estados Unidos, Australia o Nueva Zelanda porque nacieron con la pandemia, pero en México pueden ser los sucesores a la invasión de los hard seltzers, igualmente de baja graduación, que conservan un buen éxito en las generaciones jóvenes.

Elaborados ya sea con una fermentación más corta y por ende generando menos alcohol, o por métodos físicos que filtran o evaporan parte de esta sustancia, estas etiquetas van de acuerdo a la tendencia de buscar bebidas más sanas, más frescas, y con menos químicos o conservadores.

De hecho, ya hay opciones en el mercado que naturalmente tienen menos alcohol, ya sea porque la variedad de uva o las condiciones de la región producen menos azúcares en la uva y al fermentar son de graduación menor. Algunos ejemplos son vinos blancos muy frescos, como de playa, o tintos muy sencillos.

Sin embargo, ahora las etiquetas de vinos bajos en alcohol van ascenso y se promueven con la intención de ponerse al mismo nivel de los vinos regulares. Desean ganar más adeptos por las bondades que ofrecen: más saludables y con menos posibilidades de resaca o dolores de cabeza si se consumen responsablemente.

Las bodegas comienzan a especializarse en esta categoría para ampliar su catálogo o algunas ya se orientan totalmente a elaborarlos.

El único “pero” que los amantes del vino han puesto a estas nuevas propuestas es que la falta de alcohol parece reducir los aromas y sabores tan apreciados de esta bebida, y en resumen no saben igual. 

Diferentes centros de investigación, especialmente la Universidad de Adelaide en Australia, busca cómo superar estas desventajas. Por ello, hay mejores cepas para estos productos porque son más aromáticas o con mayor tanicidad y se preserva mejor la nariz y el gusto de estas bebidas.

¿Está México preparado para la entrada de estos vinos? ¿Serán una moda pasajera o una opción más? Es probable que millenials y centennials darán la respuesta al ser los mercados objetivo.

Temas