Opinión
La leña al fuego: Algo se cocina en Hidalgo
La difusión de la gastronomía hidalguense cobra nuevos bríos, sumándose a este renovado esquema la inclusión de una industria vinícola que incluye enoturismoEl panorama pinta muy alentador para el estado de Hidalgo en materia de turismo gastronómico y enoturismo. A su muy bien ganada fama por productos emblemáticos como el pulque, la barbacoa y los pastes, en los últimos meses se han desarrollado varias acciones que evidencian el potencial y la proyección que esta entidad tiene en el mapa de la cocina mexicana.
Una de las más llamativas es, sin duda, su inserción en la emergente crónica del vino mexicano, con dos bodegas que dan un nuevo rostro a la adusta imagen que algunos podemos tener del Valle del Mezquital; haciendo, literalmente, de la debilidad una fortaleza. Una de ellas, pionera en el tema, es Bodega El Refugio, que con la enología de Agostina Astegiano y Fabricio Hernández, está dando una jerarquía al término “vino hidalguense”. La otra, Tierra y Almas, de la familia Morán, acaba de abrir sus puertas hace unos meses; pero en lo que llega su momento en los próximos años, ya representa por si sola un aliciente al enoturismo de la zona, con su propuesta en gastronomía y su Museo del Vino. Ambas bodegas son un eslabón importante en el corredor vinícola con Guanajuato y Querétaro; además de un interesante detonador para las actividades de este tipo en la región.
El pasado festival Encuentro de Sabores, realizado en la UTMir Mineral de la Reforma con cocineros de todo el país y, por supuesto de Hidalgo, puso en evidencia el rico potencial del estado para la realización de este tipo de eventos de exposición y autoanálisis de su patrimonio alimentario. Hidalgo está dando pasos de avanzada en la investigación y el uso de productos como el metzall, también conocido como el “corazón del maguey”, que nos otra cosa que el bagazo de la pulpa de esta planta y que hoy está siendo una alternativa al alza en su incorporación en platillos tradicionales, sustituyendo a las proteínas animales, y con más beneficios nutricionales. En poblaciones como Mineral del Chico, se están realizando importantes proyectos sustentables en la producción de vegetales con una calidad digna de los mejores restaurantes. Todo desarrollado por campesinos de la región.
Hoy Hidalgo está figurando en el escenario de las aguas artesianas, posicionándose en los mercados nacionales con un producto obtenido en la sierra hidalguense con la participación de las comunidades locales. También es relevante el impulso que instituciones como Sectur estatal están dando a la cocina tradicional, haciendo evidente para propios y extraños la máxima hidalguense de que “todo lo que corre y vuela, se va a la cazuela”. Hoy la cocina de Hidalgo avanza en los escenarios nacionales y del extranjero, sumándose a la lectura actual de la gastronomía mexicana y sus aportaciones a la alimentación del nuevo siglo. Veamos qué más tiene que decirnos.