Opinión
Nube Viajera: Electrocardiogramas
¿Será que la gastronomía late? Un electrocardiograma es la representación visual de la actividad eléctrica del corazónSiempre me han gustado como símbolo y, hace unas horas, mientras se medía mi raro ritmo cardiaco, maté el tiempo pensando en muchos tipos de latidos. Latidos de energía, de chispa, latidos de creatividad en una cocina, latidos de los latosos, y latidos que representan construcción. Así de clavada andaba, siempre pienso mucho, pero luego me da susto y pienso más.
¿Será que la gastronomía late? Un electrocardiograma es la representación visual de la actividad eléctrica del corazón. Me encantan estéticamente, ese registro en tiras de papel milimetrado que mide la actividad de la corriente eléctrica del corazón. ¿Podríamos jugar a registrar eléctricamente lo que está pasando en la escena culinaria? Me divierte pensar que sí.
Los latidos cardíacos quedan representados en oscilaciones en forma de ángulos, segmentos, ondas e intervalos. ¿Cuáles son los picos del electrocardiograma de la cocina mexicana?; ¿son las famosas listas -todas eh, porque hay muchas y para todos los públicos-, la representación de un latido estilo onda, es decir, que va y viene y se repite?; ¿será que eléctricamente estamos en nuestro mejor momento los latinoamericanos en términos de crítica y cocina?
Mucho que pensar. El otro día fui a un restaurante raro, me fascinó, pero raro. Si pudiera medir su frecuencia sin duda sería rítmica, impulsiva a veces sí, pero no serían grandes oscilaciones, ese lugar tendría un ritmo cardiaco sano, cool, no taquicárdico. Sarde está sano, y en Sarde se come muy bien, raro, y eso es muy bien.
Sigo mi relato mientras sucedía la medición de mi propio corazón -también raro-, y repasaba mentalmente las líneas que le leí a un hombre que creo que algo sabe de cocina, poco de política, no le caigo bien y tiene un doble discurso. En su crónica de un restaurante, y lo cito, decía “la carta es variable”. No le entendí, me pareció vago, era no decir nada pues, pero, de lejos, me fue fácil diagnosticarle una arritmia de esas que, como la ignorancia, resulta enormemente peligrosa.
Sigamos con cardiopatías en la cocina. ¿Vale la pena medir en esas hojas milimetradas, por ejemplo, las promociones de gastronomía para construcción de destino?, y si es así, qué gobiernos se distinguirían no por impulsos sino por consistencia y por pensar en cocina como poder suave que construye identidad. Y hay padecimientos más graves, hay apnea culinaria, hay críticos que necesitan marcapasos y no saben, y hay también, en la cocina como en la vida, dolores de corazón, corazones vivos, mediciones alarmantes y otras llenas de sorpresas, y siempre, hay latidos muy emocionantes.
Las cocinas son motores de cultura, son el corazón de una casa, de una comunidad y hasta de un país. Así pensaba yo en disfunciones, mediciones y ondas eléctricas de sabor o de sabrosura reflejadas en un electrocardiograma. Midámonos señores, prevención es salud, dicen. Y panza llena, corazón contento.