Opinión
Nube Viajera: Hechizada
Quiero pasar el hechizo y aprender de las indigestiones que no tienen que ver con el alimentoUn hechizo me ha quitado el apetito voraz que suele ser parte de cotidianeidad. No es que no coma, no durará mucho, es que mi cuerpo seguro hoy está en otra cosa, más profunda, más bonita, más sanadora.
Me fascina desayunar. Desde que tengo memoria ha sido con huevo. Estrellados con un pedacito de pan, tibios sobre una elegante huevera -como las Fabergé que vi hace poco-, y con tiritas de baguette tostada para ser remojadas, o unos clásicos huevos perico colombianos que con una arepita siempre me han hecho feliz. Por cierto, Harry, nos debemos chisme y arepa con huevo, y te quiero.
Estos días, jugo verde y dos cafés de los que me critican algunos cocineros que bebo (y adoro), y apenas unos bocaditos en un taco para comenzar el día. Y por ahí a las 11, mi gran hora de la garnacha o el taco callejero, es cuando me río dándome cuenta que no ha llegado esa hambre arrolladora. Y me río porque está en la mente y sé que vendrá pronto y sé que está bien.
Hace poco me senté frenté a un plato de stracciatella, algo de speck, un pan de masa madre y una copa de vino blanco de esos que los que saben, saben que me gustan. Gocé tener hambre y suceder el aperitivo por el que creo que es el mejor caccio e peppe que he comido después del mío. Qué rico es comer, qué rico es gozarlo, compartir, qué privilegio es, qué injusta el hambre en el mundo, qué importante hacerlo lo mejor que uno puede. Qué rico estaba el caccio e peppe.
Fernando mi hermano habla mucho. Y ayer, que comíamos juntos un robalo a la sal muy, muy bien hecho con un sauvignon blanc (y yo con apetito), lo veía y me acordé que él podría saltarse ese placer de departir la mesa opípara si pudiera. No juzgues, me decía mientras hablábamos de buena y mala educación, de infancias felices y de la relevancia del amor. Y no lo juzgaba, solo me parece tan ajeno el acto de no perderme de gula en un plato, como extraño el hechizo que contaba siento estos días. Pero lo siento cercano a él que es más importante, y me hace reír con su inteligencia, su claridad, sus buenos consejos y más aún, cuando nos vemos reflejados en el
“yo sé más que tú”.
Me voy a caminar castillos irlandeses, beber cerveza local -soy de lager y no de Guiness-, y dar abrazos infinitos con salmón de esos mares y crumble de ruibarbo. Quiero pasar el hechizo y aprender de las indigestiones que no tienen que ver con el alimento. Por lo pronto, esta mañana, huevo a la mexicana y un muy buen humor. Bon appetit.
P.D. Congrats Jamila on your new venture. Huge fan.