Opinión

Nube Viajera: Soplando velitas

Ya mamá en serio, si tuvieras que soplar las velitas de tu cumpleaños sobre algo -y no digas curry-, sobre qué postre las soplarías. Vaya pregunta. ¿Una rebanada de mango?, ¿la bavaresa del San Ángel Inn?, qué difícil pregunta
viernes, 5 de mayo de 2023 · 00:00

Hubo cuatro pasteles y todos fueron de chocolate. El festejado escogió el menú -me urge que coma bien-; deditos de pollo empanizados con un pan molido que nos gusta hacer en casa, arroz blanco y cátsup. No tuve de otra más que ceder y complacer.

Para el resto, pollo a la naranja con muchas papitas cambray, hongos y cebolla y mucho perfume de Osso, y una ensalada de arúgula y verdolaga fresquita, fresquita y que con esos Alión que llevó el padre generoso quedó francamente de maravilla.

Pan de Odette, la vajilla Mason y una tarde calurosa que invitó a entrarle, al Glenmorangie y hasta ron Abuelo.

Ya mamá en serio, si tuvieras que soplar las velitas de tu cumpleaños sobre algo -y no digas curry-, sobre qué postre las soplarías. Vaya pregunta. ¿Una rebanada de mango?, ¿la bavaresa del San Ángel Inn?, qué difícil pregunta.

No disfruto lo dulce, es cierto, y las niñas me retan. Pensé en el tipsy cake de Dinner o en su versión megalodón de Dabiz, aunque  prefiero su croqueta.

Imaginé también una tarta de queso vasca, un Baba au rhum de Ducasse, o un ate de membrillo con poquito quesillo.

Hace muchos años Elenita Lugo me hizo un panqué de cumpleaños y recuerdo el azahar y el amor que sentí. Qué rico sentirlo.

Mi caso es de diagnóstico. Mis hijas podrían desayunar croissant con nutella, comer merengues y cenar fresas cubiertas con chocolate. Y yo pues oscilo entre huevos tirados, Rancheritos, ceviche y tacos de lengua.

Soy ácida, soy salada, soy necia y no soy una mujer dulce ni creo que me alcance esta vida para convertirme.

Ante la misma pregunta Lu muy segura respondió (y con amplio uso de las manos definiendo tamaño y volumen): una muy buena galleta de chispas de chocolate, una torre de Krispy Kreme o el pastel de canela de Alessa.

Y yo pienso en una rueda grandota de Affinois o una velita sobre el corcho de un Corton Charlemagne. Quizá dos cerezas, o una guayaba madurita cumplen mi dosis azucarada.

Sólo puedes escoger uno má, ponte seria, tamal de elote con crema ácida a un lado o una cubita.

Así mis gustos, así mis obsesiones.

Así yo.

Otras Noticias