Opinión

Nube Viajera: Bitácora del corazón

Me he sentido arropada, querida, festejada y con mucha crítica de la buena, y todo por actos y hechos recientes
viernes, 3 de febrero de 2023 · 00:00

Un huracán de emociones, eso es exactamente por lo que he atravesado en semanas pasadas.

Buenas, buenísimas, siete infartitos, muchos amaneceres, dedos cansados de escribir por chat -en serio, hay que modificar nuestro lenguaje-, y, después de un fuselaje ardiente de vino mexicano y cositas mías de esas muy mías, despertares en tremenda suite de playa me recordaron agradecer la intuición y la experiencia, es lo que toca. Es inteligente.

Da gusto que marcotas como Banorte y Volvo sigan creyendo en que la cocina y el vino son actos culturales que se traducen en un soft power de enorme, gigante diría yo, valor. En serio, chapeaux por este Nación de Vinos.

Me he sentido arropada, querida, festejada y con mucha crítica de la buena, y todo por actos y hechos recientes.

Qué lindo es cuando se me entiende. Y qué lindo es también cuando confías en las corazonadas al ritmo de Dancing Queen en tremendo show rodeada de buena vibra. Felipe, tú y tú Myst son enormes.

He comido muy bien y muy mal estos días. Traigo antojo de ensaladilla rusa, de ancas de rana apenas pasadas por harina y de una tetela rellena de frijol con lenguas de erizo por encima. También de pan con mantequilla y mermelada. Todo ya viene, lo sé.

Ayer hice sopa de pasta, de lengüitas de pájaro con espinaca en pedacitos, toda ella para el alma, y vaya que curó como lo hicieron las noches de doce horas de dormir, las pescadillas del domingo y los sueños de palo cortado que auguran cosas buenas.

He salivado pensando en ese barco Carlos, en esas almejas, en el chorizo marino y el buen vino blanco con conversaciones inteligentes. Pacto Tatanka, pacto.

Celebré, celebro y celebraré con vino mexicano propuestas maravillosas y productores de trabajo incansable.

Celebremos las cosas bien hechas, las conductas acertadas, la poca pretensión y la gente, la cocina y el vino de verdad.

Todos saben a quienes les estoy hablando y, como culminé la ponencia del lunes, las verdaderas listas, son las de los amigos, que junto con mis amores, es lo más sabroso.

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