Nube Viajera

Nube Viajera: Lecturas y algo de telenovela

Un buen editor mexicano me pidió colaborar en una pieza de su revista con los cinco mejores restaurantes de México
viernes, 23 de septiembre de 2022 · 01:03

Diego Salazar, periodista, comelón y colega tituló un libro publicado por Debate hace algunos años -que me divirtió-: “No hemos entendido nada”. Con la agudeza que lo caracteriza, habla en el texto introductorio de la famosísima frase “too soon to tell”, de la avalancha de las fake news, de la pérdida del rigor y de cierta debilidad de la audiencia. Habla de periodismo, quiero acotar. Pero podría estar hablando de “lo nuestrito”, digamos.

Cambio de continente. Nicolas Chatenier, francés, muy francés, promotor y estratega de cocinas del más alto nivel y colega, tituló su libro que recién sale de imprenta “La Clé anglaise”. Mi francés es malo, pero mi interés mata todo y en sus textos platica de la ubicación geopolítica de la gastronomía francesa, de la cocina como poder suave y del lugar que ocupa la cocina gala y sus cocineros en el mundo. Es crítico mi amigo, pero le reconozco mucha verdad y también pérdida de rigor y cierta debilidad, esta vez, del comensal, trasladándonos al mundo de la cocina. ¿Too soon to tell?: no creo.

Hace un par de días un buen editor mexicano me pidió colaborar en una pieza de su revista con los cinco mejores restaurantes de México. Es mostrarme, es ponerme en charola de plata para que comience el baile de la espada desenvainada, es cierto. Pero, entre que me gusta provocar, y me sé conocedora dije, que se jodan, no está mal que se lea dónde me gusta comer a mí. ¿Too soon to tell?, al contrario, que cada quien haga de su vida un papalote.

Mi cabeza lleva tiempo ordenando archivos, abriendo nuevos, cerrando viejos, pero ordenándolos. Llevo días trabajando en lo que a veces me toca, atar cabos, unir puntos, promocionar con enorme orgullo mi país y, cada vez con menos delicadeza, compartiendo que adoro no ser una inventada, que me río de los inventados, y que el inglés verbo “to lobby” fue quizá, el primero que conjugué.

A calzón quitado y al chile, ayudando, trabajando incansablemente, promoviendo, pero sobre todo, con pecho inflado de lo bien que comemos y cocinamos en mi país. Pero analizando también, como desde sus trincheras lo hicieron Diego y Nicolas, -y nos pese a quien nos pese-, la mala racha por la que navega el rigor de la crítica, lo genuino de los premios, la fama de la escena gastronómica. Date cuenta Valentina, casi a nadie le gusta lo que a ti te gusta, ya lo sé, pero tiendo a olvidarlo. ¿Hay vuelta atrás?, desde luego: que la gastronomía es una eficiente herramienta de poder suave se convierta en nuestro mantra, que comer como le da la gana a uno sea nuestra bandera, y, que la cocina que sabe rico, sea el protagonista. Creo que va por ahí.

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