Opinión

A pedir de boca: Las calles de París

La misión: encontrar los sabores que con un bocado lograran derretir nuestros corazones. No los encontramos...
viernes, 5 de agosto de 2022 · 01:00

Escondido en cada esquina se encuentra un nuevo sabor esperando ser descubierto. Estoy sentado en un café de los Campos Elíseos. Mientras escribo a mi mente llegan palabras de María Félix «A París nada le sorprende».

Más bien, pienso que en la capital francesa nada es inesperado, todo se ha visto, ahí todo ha florecido y se ha escondido; entre sus calles y avenidas se teje un mapa secreto de sabores, que representa un reto para los que buscan sensaciones auténticas, lejos de las trampas de turistas y clichés. Disponibles para los que están dispuestos a perderse.

Empaqué para toda ocasión, lo cual no importó, ya que mi maleta estuvo perdida casi toda mi estancia, la Ciudad de las Luces nos obligó a mi acompañante y a mí a vivirla con ligereza.

Mi amiga, Ana Gaby Vázquez, quien en silencio ha construido la pastelería sin carbohidratos, libre de gluten y lácteos más impresionante en México, fue mi compañera en esta aventura, nuestra misión: encontrar los sabores más originales, cautivadores y que con un bocado lograran derretir nuestros corazones. No los encontramos.

Encontramos perspectiva, París nos recordó que sus sabores son lo que son: clásicos, encantadores y perfectos. La suerte en esta ciudad no existe y aunque Ana Gaby regresó a México con más de una sorpresa para Angardy Pâtisserie, mi aportación para ustedes es simple, hagan lo que nosotros hicimos: olviden su itinerario, piérdanse en Les Marais, asómbrense en St Germain, gocen en el Quartier Latin y distraigan su mirada mientras disfrutan de un vino o un postre en los muchos puentes del Sena.

París tiene muchas caras, depende de sus visitantes descubrirlas y aceptarlas. Mi invitación es que se dejen cautivar por la cotidianidad, recuerden que la comida y los sabores tienen una magia especial, aquella que nos trae al presente y nos hace pasear en el tiempo y el espacio. Viajar es un recordatorio contundente de que cocinar y comer es -para quienes lo disfrutan- la manera perfecta de advertir que las pequeñas cosas de la vida son las que importan, ya que nuestra misión en este plano es disfrutar y aprender. Eso enseña un paseo por París, aunque un viaje a los recuerdos del corazón basta para señalar que como dice el proverbio árabe: «quien vive ve mucho, quien viaja ve más». ¡Buen viaje!

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