Opinión

Panorámicas del servicio: El vínculo como motor de las relaciones

Estamos en la industria de servicios, en la que, te caiga bien o mal un cliente, siempre se le debe poner buena cara, eso es ley
viernes, 26 de agosto de 2022 · 00:00

Cuando realmente disfrutas lo que haces, es muy fácil encontrar gente con la que hagas click, ese click puede ser la diferencia entre que tu lugar esté lleno o sólo logre sobrevivir.

El click es un vínculo, es cuando alguien te cae bien y le caes bien, no hay más. Es un tema de química, de vibras. Como dato curioso, algunos de mis mejores amigos de los últimos años han sido clientes o compañeros con los que inicialmente hubo un problema y el vínculo se creó a partir de la solución de ese problema.

Ese vínculo no se debe forzar, por eso es tan importante estar contento en tu lugar de trabajo, para que tanto tu entorno como tu clientela sean lo que necesitas para poder fluir. Dejemos el romanticismo de lado, no todas tus dinámicas con clientes van a ser miel sobre hojuelas. Porque a menos que te inyectes ADN de Golden Retriever, no vas a volverte brother de todos tus clientes, imposible. Esta es la parte interesante, la real y de la que hablo mucho con mis equipos de trabajo.

Todos los seres humanos somos empáticos por naturaleza, es lo que nos hace vivir en sociedad. La misión es ambiciosa, pero la mecánica es simple. Imaginemos que eres el comensal y que estás en lista de espera, hay días que la mitad de las mesas que entran estaban en lista de espera. De entrada, aunque estemos llenos vamos a buscar la forma de que entres y casi siempre lo logramos. Ya ahí vamos con una palomita, cuando ves que no te rebotaron, que el equipo realmente buscó la forma, aunque tu viste que eras el número 15 en la lista, ya ahí lo agradeces. Empezamos bien y ya entras predispuesto a lo bueno.

Una vez que llegas, vas a encontrar un servicio pulido y muy acelerado, pero que de alguna forma esa velocidad la ves, pero no la sientes en tu mesa y eso requiere de muchísima capacitación, colmillo y entrenamiento por parte de todo el equipo, eso no lo ves, solamente sientes los resultados.

Luego, durante tu visita tuviste un servicio atento, con buenas recomendaciones que se ajustaban a lo que buscabas, no como en otros lugares donde tratan de venderte lo mas caro. Eso también lo notas y bajas más la guardia. Durante tu experiencia, algún capitán habrá entrado a tu mesa, en general eso también se agradece. Y como nota final, seguro habré entrado yo por lo menos a recomendarte que chopées la salsa de los callos glaseados, o que el vino va a hacer corto circuito con tu pescado.

Esos son los detalles que aprecias, esos son los que forjan ese vínculo y lo hacen de forma natural, jamás forzada, no hay necesidad. Son los detalles que hacen que quieras regresar esa misma semana y traer a tu novia, a tus papás, a tus socios o amigos para conocer, y que mas adelante se convierte en visitas para celebrar cumpleaños, para que te tendamos la mesa y logres cerrar un gran negocio, para organizar una cena de aniversario con tu pareja, o la de la empresa.

Esos son los vínculos que van creciendo y que te van haciendo parte de los momentos más importantes de la vida de tus clientes y eso es porque confían en ti, en tu equipo y en tu lugar.