Opinión

A pedir de boca: Polanco - París

Polanco y París tienen más en común que la “P” en sus nombres; en este barrio mítico de la capital mexicana hay operando entre sus calles y, bajo la luz del sol azteca, más de un restaurante francés, coomo Le Relais de Venise
viernes, 24 de junio de 2022 · 02:00

Polanco y París tienen más en común que la “P” en sus nombres; en este barrio mítico de la capital mexicana hay operando entre sus calles y, bajo la luz del sol azteca, más de un restaurante francés.

El más aclamado por sus asiduos, aunque tal vez menos famoso, Le Relais de Venise, mejor conocido sólo como L’Entrecote es, sin más, un gemelo de su hermano parisino. Igual que en París, L’Entrecote ofrece sólo un plato principal en el menú —¿adivinan cuál? — papas a la francesa que son fuera de este mundo, platos de quesos y esa salsa que no sabemos bien a bien cómo es que se hace, pero no hay quien escape a sus encantos.

Ubicado en Emilio Castelar 121, frente al Parque Lincoln, y fiel a su espíritu francés, en un local angosto, se extiende en pleno continente americano, un cachito de París; hay quien dice —Incluso con orgullo y desdén— que Le Relais de Venise no es igual a su contraparte europeo.

Queridos lectores, les tengo una gran noticia ¡sí lo es! incluso mejor. Sus delicias se ofrecen sin grandes filas, calidad impecable, atmósfera única (pero de verdad) y claro, los precios no son en euros.

Exceptuando a los veganos, todo aquel que se precie de disfrutar de la comida y la cocina debe de hacer una reserva, probar su famoso entrecôte deslizar por su paladar su ensaladilla con nueces, derretirse con sus profiteroles y simplemente terminar con un buen café en sus sillas bistró viendo al parque en una tarde de lluvia.  No hay mejor plan para proponer cuando de disfrutar la vida se trata.

En una colonia donde todos los días abren restaurantes nuevos de propuestas vacías y botellas caras, es un placer saber que en su pequeño bastión se mantiene erguido, en semi secreto y sin más misterio, uno de los mejores restaurantes que ofrece una experiencia simple, deliciosa y honesta, que bien vale la pena probar, repetir y compartir.

Así que la próxima vez que extrañes París, incluso si nunca has estado ahí, ya sabes dónde dirigirte, un destino más que prueba que se puede viajar con el paladar.  Sólo hay que saber buscar.

¡Bon Appétit!

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