Opinión

Nube Viajera: Son cuatro jacarandas

La primavera es un hecho y la higuera se manifiesta con ella
viernes, 25 de marzo de 2022 · 01:30

Hay cuatro enormes jacarandas al frente y, como maíz palomero, las he visto explotar en los últimos diez días. Me he refugiado debajo de los árboles y de un cielo azul que tiene los días contados en mi ciudad. Pero qué sano es. Qué lindo es refugiarse, y qué hermoso es pensarlo como estrategia para la sonrisa. 

Sobre un sillón nuevo en forma de escuadra con cojines grises de ojo de perdiz he pensado sobre la vida. Llevo días ahí, donde se observa, se agradece, donde se huye del cautiverio, donde se crece, se aprende y se sonríe. Coloqué estratégicamente cerca de mí una nueva mesa en la que, porque cocinar sana, se ha servido curry verde con totoaba, huevos con jocoque mañaneros al lado de arúgula con aceite Picual chileno y sal de Maldon. Las fases lunares con pan son menos y, bajo ese gigante fresno que me da sombrita, he comido mucha hogaza con mantequilla y mermelada, y, hasta un brioche que, aunque quemadito de abajo (hornos caseros), me dijo de cerquita que las cosas pintaban para estar muy bien.

He visto desenrollarse a un par de helechos cabeza de chivo y al menos sentir cuánto crecen en mi ir y venir mañanero por más café. La primavera es un hecho y la higuera se manifiesta con ella. No sé si le ganaré a las ardillas para recoger higos y servirlos con Affinois, pero al menos su proceso me enseña de procesos. 

He visto a mis flores de calabaza abrir y cerrar y tentada a cosechar y rellenarlas de requesón, capearlas en tempura y hacerlas un taco con salsa macha, he optado por seguirlas viendo en días de hacerme grande, inmensamente grande. Viejos amigos me regalaron una canasta colmada de flores eternas para plantar y aunque fueron días de luna llena, igual planté porque acá se han sentido todas las fases lunares femeninas en muy poco tiempo. 

Cuando pienso mucho y cocino al mismo tiempo suele ensuciarse más mi cocina. Lo he sabido siempre y es normal, es cierto, no eficientizo espacios y uso bowls y cuchillos de más, pero el resultado interior y al plato siempre son positivos. Hacía mucho no hacía un chutney tan rico. Y sin clavo. 

Ando con ganas de comerme un buen tiradito y de beber un blanco de Gaia que me robaron, pero que hoy felizmente regalo de regreso. Celebremos la vida, brindemos por las torpezas, por la generosidad, por mis compañeros los árboles, y porque todos los días nos iluminemos con mañanas llenas de cielos, en una ciudad hoy tapizada de morado y colmada de buenos augurios. 

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