Opinión

A pedir de boca: Una noche de invierno

Las fiestas me han tomado por sorpresa, escalando una montaña de trabajo en la que a veces llueve y, subiendo un poco más, sale el sol...
viernes, 9 de diciembre de 2022 · 00:00

Falta poco para que llegue el invierno, sin embargo la Navidad lleva ya un rato estacionada en tiendas, restaurantes y en nuestras salas.

En El Quijote se lee que ‘nunca lo bueno fue mucho’ y aunque es una verdad a medias, es al final de cada día y al inicio de cada noche, una verdad.

Las fiestas me han tomado por sorpresa este año, escalando una montaña de trabajo en la que a veces llueve y, subiendo un poco más, sale el sol.

Han sido pocos los momentos de compartir -aunque buenos todos- pero con sabor dulce.

La vida vuela y no me di cuenta que llegó mi invierno 28, sin más aviso que una cocción lenta de muchos ingredientes que hasta ahora han estado sazonados a la medida, como todas las recetas se han tenido que ajustar pues la receta perfecta es igual a la vida perfecta: no existen. Y si existen no las quiero.

La cocina y la vida son un subir y bajar, donde lo único constante es el cambio, aprender a soltar sabores de ayer, celebrar las recetas exitosas y aprender de las que se nos salaron, quemaron o pasaron.

Que este cierre del año que fue (leído en voz de Ana Torroja) te encuentre en paz, cocinando a fuego lento tu receta favorita, dando gracias por lo que llegó y agradeciendo aún más por todo lo que se fue, aunque a veces no sepamos los porqués.

Y que cada buen momento lo puedas saborear, porque así como el azafrán, la vainilla y los brillantes: son pocos y raros así que hay que hay que aprovecharlos y atesorarlos.

Les deseo fiestas llenas de cosas importantes para el paladar y el corazón, que este Diciembre sea un camino lejos del pavo seco, y cerca del calor del fuego.

¡Salud y buen provecho!

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