Nube Viajera
Un año más
A unas horas de que acabe el año pienso, de todas las cosas que sucedieron en el año, hay muy malas, hay maravillosas y hay tibiasCuando se trata de hacer resúmenes siempre hay algo que parece injusto ¿Me sale bien hacer lo que hago y cómo lo hago o debería volver a hacer otras cosas ajenas al oficio de comer, beber y saberlo hacer.
A unas horas de que acabe el año pienso, de todas las cosas que sucedieron en el año, hay muy malas, hay maravillosas y hay tibias, y concluyo, todo, menos ser tibio. Si se puede ser guerrero, incansable, provocador, sentir eso que se siente cuando no se para de reír, por qué de otra forma. Nimiedades a otro lado, ergo, las salsas hechas con amor, la sazón en abundancia, el vino bueno de sobra y la inteligencia igualmente importante que la empatía.
Estos días aprendí a hacer french dip sandwiches y no sabía, no los conocía y no me gustan. El pan aguado no me gusta les dije, pero con el más rico roast beef agradecí, agradecí, dar, dar, dar.
Menos ego, más abrazos genuinos y ganas de compartir de verdad, serían unos de muchos pensamientos y palabras que me traen rondando la cabeza. Más mujeres que se sientan hermosas por ideologías o cerebros atractivos que bonitas celebrando lo hueco. Menos langosta y más acociles; mayor profundidad en el actuar de los que nos dedicamos a alguno de los eslabones de la cadena de valor de la escena culinaria. Seriedad en la crítica, en criticar y en ser criticados. Menos inventados y menos inventadas, por favor. Menos hambre, por favor, menos hambre.
Cierro con tremenda canción que a mí me ha acompañado muchísimos fines de año, para soltar otros pensamientos en forma de acróstico y enviando energía de la más linda a los que la quieran tomar. 2023 será trascendental; hagámoslo trascendental.
Umami, mucho menos
Nigiris, mucho más
Abanicos y amigos
Ñ de sueños en Borgoña
Opíparo cuando sea justo
Mignonettes y moles
Ángeles de la guarda
Sí, cuando es de verdad.