Opinión

A pedir de boca: Hablemos de Portugal

Portugal no goza de la popularidad de sus vecinos, las calles de Lisboa nunca tendrán tantos reels en Instagram como las de París, ni sus restaurantes tantos galardones como los de España, y sus historias no serán contadas con tanto romance como las de Italia
viernes, 23 de diciembre de 2022 · 02:10

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Portugal no goza de la popularidad de sus vecinos, las calles de Lisboa nunca tendrán tantos reels en Instagram como las de París, ni sus restaurantes tantos galardones como los de España, y sus historias no serán contadas con tanto romance como las de Italia.

Sin embargo, en Portugal las calles, los vinos, el café y su gastronomía son sorprendentes, emocionantes y a la vez discretos, por lo que muchos confunden a este país ibérico con un destino simplón y sin mucha gracia. Nada más lejos de la verdad. Sus atributos más famosos no le hacen justicia: el oporto, las francesinhas y los pastelitos de nata son —en mi opinión— un recurso algo cansado, plano y gris. Sus sabores se esconden en la cotidianidad: en una taza de café en Dramático (Lisboa), en sus tradiciones familiares que puedes probar plasmadas entre los muros de Escondidinho do Barredo (Porto), en las cocinas de casa (que aunque hay pocas) traducen muy bien su historia y contexto a través de platos que nos hacen entender su belleza y delicia con el primer bocado.

Sabores que nos recuerdan a la cocina antes de Instagram, el food styling y los chefs de estrellas. Sus vinos verdes, sardinas, pulpos y más delicias, están cocinadas con paciencia y cariño, para entrar por la boca y no por los ojos o el lente de un teléfono.

Sus platillos, sus vinos y sus calles nos hacen regresar al origen, lejos de la perfección, haciéndonos una invitación discreta  a ver la vida con ojos al pasado, donde camina lento, pero elegante, con un misterio que sólo quienes en realidad lo desean pueden develar: sabores de antaño y combinaciones de otras generaciones.

Portugal es un pato salvaje nadando en el lago de los cisnes… pero qué manera de nadar, de volar y de pescar. Bajo su careta turística, enseña que el presente no exige tanto para ser bello y delicioso. En esta porción de tierra, entre Europa y el mar, las cosas importantes de la vida se disfrutan sin filtros.

Si estás por visitar el viejo continente, que Portugal esté en tu itinerario, déjate llevar por sus subidas y bajadas, aléjate de la bulla de los turistas, más de una sorpresa te aguarda entre sus talaveras y escaleras. Hay más de un secreto al fondo de las copas de vino verde, atrévete a encontrarlo.¡Feliz Navidad y buen provecho!

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