Nube viajera: Largo el fideo, larga la vida

Yo siempre he pensado que comer fideos otorga tanto poder que te hace invencible. Fideos nuestros, en taco y en seco con crema, salsa y quesito (que, aunque Cotija debería de ser, me gusta más con fresco); o larguísimos y número 0 en sopa aguada con caldillo potente y, si ando de humor, corazoncitos de pollo que dicen que robaron mi corazón hace unos años. 

No soy la única que cree en la virtud del fideo. A partir de que leo y oigo por todas partes que viene el Año Nuevo chino -y de que un abogado contento el lunes me profundizó brevemente en el tema-; aprendí que ese día hay que comer naranjas y Yi Mein, aquellos fideos que desde hace dos mil años se asocian con la longevidad. Largo el fideo, larga la vida. 

Comienza el año del tigre de, el tercer animal en el ciclo del horóscopo asiático y que cuenta la leyenda acudió a una convocatoria de Buda a la fauna de la tierra a la que se presentaron el tigre, y los 11 animales que conforman los signos del zodiaco chino. No puedo negar que me entró el morbo y, además de leer de fábulas y leyendas, caí en la predicción y en lo que un periódico inglés de medio pelo decía que viene para los que nacimos en 1973. 

Los bueyes -yo-, en este año 2022 podemos por fin sentir que lo peor “ya pasó”. Menos mal. La vidente de tabloide hablaba también de que no es momento de conformarse con el status quo, que mayo será de mala salud y junio de felicidad intensa. Me reía sola. Escéptica como soy me divirtió el consumo de este tipo de información y reabrí un viejísimo libro (como lo que significa comer fideos) de cocina china que una vez fue de la biblioteca de mi abuela para consultar recetas ad hoc. 

Llenos de señales, premoniciones y símbolos, los chinos han dictado una etiqueta para, por ejemplo, comer el pescado la noche del siguiente lunes.  En la mesa, la cabeza del pescado se orienta hacia invitados distinguidos o ancianos, lo que es muestra de respeto.  Las mandarinas   -que por acá andan buenísimas y carísimas- se escogen muy redondas y perfectas y sus colores simbolizan plenitud y la riqueza. No solo comiendo sino decorando con cítricos se cree que se trae suerte y fortuna. Ya hasta pensé en bordarme una bata de seda con el caracter chino de la naranja para usarla cuando riego mi hortaliza y mis cítricos que, aún no pero eventualmente, harán la mejor mermelada. 

 Ya ando buscando linternas chinas. Ya sé que el truco de los fideos es comerlos sin cortar -de nuevo, longevidad-, y ya sé que no debo de romper nada ese día porque es mal augurio. Aprendí que vestirme de rojo y dorado (ese y muchos días en el año), es quizá en términos de suerte lo mejor que me puede pasar, como es augurio de los buenos también para mi repetir pronto La Tasquita de Enfrente en Madrid, o La Mesa de Blanca en Ziracuaretiro. Receta en mano y porque sirve desear la paz, el bien y el éxito bonito, a todos, xinnián hao.