Opinión

Nube Viajera: Terraza, pizza y burbujas

Milk Pizzería, y la propuesta enológica de burbujas mexicanas de Balero espumoso estarán este domingo en Bloom del Hotel St. Regis
viernes, 19 de febrero de 2021 · 01:40

Un botoncito de flor con vista a la Diana Cazadora y a ese asfalto que pone la piel chinta del Paseo de la Reforma; un comodísimo sillón en la que los amigos que nos queremos -y a los que nos gusta entequilarnos o llenarnos de vino caro-, consideramos una de las terrazas no sólo más chic sino apapachadoras de la ciudad; pizzas, de esas que hace poco no se veían en el chilango y burbujas, muchas burbujas. Súmenle a eso, un estado de ánimo que va de rojo a naranja y hasta a verde en ocasiones, y un domingo de cielo bonito y que sonríe (porque llevo dos al hilo, ambos ida, catatónicos). Ya me hace falta que me guiñen el ojo. 

El orden de los factores no altera el producto, sería lo primero que diría de lo que va a pasar este  domingo en Bloom del hotel St. Regis, y segundo, forma es fondo. ¿Increíble no?: una de las terrazas más sofisticadas y prístinas de esta ciudad, -el anfitrión-, que regularmente ofrece un señor brunch de fin de semana, ésta vez, convoca con osadía a dos invitados y buenos amigos; el concepto súper casual de Milk Pizzería, y la propuesta enológica de burbujas mexicanas fresquita y sabrosa de Balero espumoso.  Monterrey meets Mexico City meets Querétaro, todo ello con el propósito de orgullosamente combinar conceptos gastronómicos disímbolos sí, pero que bailan en la misma pista de baile divinamente cuando la música es buena, y la pareja sabe bailar. 

Las pizzas de Milk a mí me hacen feliz. Tamaño, masa y grosor perfecto, salsas cuando son necesarias y nunca en exceso y una combinación de buenos productos con bordecitos crocantes y apenas quemaditos.  Fui cuando abrieron en Monterrey y me sentí de ellos, y, con mis hijas -críticas corregidas y aumentadas-, fuimos  (y repetimos cien veces) cuando abrieron en Ciudad de México y me volví a sentir abrazada. Además, les gusta eso del vino mexicano y, como el St. Regis de la capital, son amigos de la propuesta enológica de Balero, ese vino bien, bien hecho que sólo pretende consentir y que propuso para este domingo maridar con su espumoso el brunch local.  

Jugamos de visitantes pero lo hacemos muy bien; quiero ver la cara de las familias y los desvelados dominicales en ese espacio perfecto al aire libre, dándole una o dos mordidas a esas pizzas celestiales y dos o tres probaditas al Chardonnay y Pinot Noir queretano que propuso Balero como el mejor espumoso mexicano. Y a mucha honra. 

Habrá uno que otro ostión en el menú y siempre me ha gustado del establecimiento el café bien hecho y la panadería. Conozco sus cocinas y conozco los alfiles de estos pop up’s que le ponen corazón al enorme edificio que alberga al hotel y a sus restaurantes. Y bueno, sobra decir que conozco y quiero la oferta gastronómica de Milk Pizzería, de origen regio, pero ya con alma chilanga, y la honesta y bien trabajada propuesta de espumoso de Balero, el tercer vino del portafolio y vienen más.  

Por si andan sin plan, allá nos vemos, hablen a reservar que estaremos para consentirlos y hablar de vino, de pizzas, de buena cocina y de nuestros motores: el cariño y el abrazo al comensal con el mejor producto y la más grande sonrisa. 

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